El lunes arrancó “El hotel de los famosos” por Eltrece y ya comenzaron las primeras polémicas. En los días iniciales se dieron algunas peleas entre los huéspedes y los del servicio, pero la primera crisis debido al encierro la tuvo Lissa Vera. La Bandana se mostró afligida por estar lejos de sus hijas, sin ningún tipo de contacto.
La cantante es parte del equipo que ganó el privilegio de ser huésped y por una semana. Y si bien esta situación le trae beneficios como la de salvarse de una nominación y el no tener que hacer tareas de servicio, se sensibilizó al caer que estará un tiempo largo lejos de sus hijas.
“No quiero hablar porque voy a llorar, voy a perder el control de todo este cuerpo”, respondió la artista cuando sus compañeros se dieron cuenta que lloraba en su cama en un rincón.
“Estás extrañando”, le dijo Leo García. “Sí”, reconoció ella. Y si bien Lissa pidió no hablar para no hacer aún más grande su angustia, sus compañeros se acercaron a ella para hablarle y así poder ayudarla a salir del momento de angustia.
“Sos muy valiente Lissa, que estás acá. Yo no tengo la suerte de tener hijos, pero yo no sé cómo hacés”, la alentó Matilda Blanco, aunque algunos compañeros le dijeron que su comentario no sumaba a la situación de la cantante.
Es que los famosos están encerrados en el hotel sin sus celulares ni la posibilidad de comunicarse con el exterior o sus familias. Según trascendió, tendrán instancias para comunicarse con ellos o de encuentros, pero aún no se dieron ya que el reality recién empieza.
A Lissa Vera le pesa no saber nada de su hija de dos años
Lissa rompió en llanto por sus hijas Catalina (8) y Delfina (2): “No puedo ni llamarlas para ver cómo están. Es la primera vez que me alejo de mis hijas tanto tiempo”.
“Es un juego arduo, donde ponemos en conflicto nuestras emociones, no vamos a zafar de eso”, comentó Leo García.
“Encima estoy pensando que quiero ganar, y a la vez pienso que con una nena de dos años, no verla en dos meses, crece”, se sinceró. “Prefiero llorar ahora y después…”, reflexionó.
“No sé si es la edad o qué, me siento una estúpida”, comentó Lissa, quien recibió el apoyo de todos sus compañeros, que se acercaron a abrazarla e intentar contenerla.