Caramelo y Del Mora, son los perritos que la producción de Gran Hermano ingresó a la casa más famosa del país para que los siete participantes los cuiden y así poder hacerles las últimas semanas de estadía en el reality más llevaderas con su compañía.
Tras la eliminación de Alfa en la gala del domingo pasado, el lunes ingresaron los dos nuevos integrantes. Se trata de dos hermanitos que estaban en un refugio y a quienes los jugadores debieron bautizar, ya que hasta el momento no tenían nombre.
Si bien las mascotas ingresaron hace solo unos días, trascendió que no se quedarán hasta la final del programa. Su estadía será breve, ya que el fin principal de sus días en la casa fue el de concientizas y hacerle llegar al público el mensaje de la importancia de la adopción responsable de mascotas.
Apenas llegaron a la casa más famosa del país, Santiago del Moro deslizó que aún no tenían hogar, por lo que rápidamente Romina pidió adoptar a Caramelo y Marcos a Del Moro, a quien tuvieron que modificarle el nombre porque no es un macho como pensaban, sino una hembrita.
Sin embargo, Gastón Trezeguet contó que los perritos estarán solo una o dos semanas más. Y destacó que el objetivo siempre fue “visibilizar el tema de la adopción y el tránsito”.
“Los perros no se quedan hasta la final”, detalló en el programa que conduce Georgina Barbarossa. Incluso, adelantó que las mascotas “ya tienen dueños”. Por lo que habrá que esperar para que finalice el programa para saber si se van con Romina y Marcos, o tendrán otros dueños, como dijo el productor de televisión.
Así ingresaron los perritos a Gran Hermano y enamoraron a todos
En plena edición de El Debate, Santiago del Moro aseguró que dos nuevos integrantes ingresarían a la casa más famosa del país. Minutos posteriores, el conductor ingresó a la casa y les comunicó esto a los participantes que quedaron estupefactos.
Los mismos eran dos cachorros que, según Del Moro, fueron rescatados y están en adopción con el fin de concientizar sobre el cuidado de los animales. Los 7 concursantes que permanecen jugando recibieron de la mejor forma a los perritos y los bautizaron como Moro y Caramelo.