Si hay series argentinas que sobrevivieron al paso del tiempo, la lista está encabezada por “Los simuladores”. Estrenado en 2002, el programa creado por Damián Szifron se convirtió en un hit instantáneo en las noches de Telefe. Y con el correr de los años, se ganó el favoritismo de nuevas generaciones gracias al carisma de sus cuatro protagonistas (Federico D’Elía, Alejandro Fiore, Diego Peretti, Martín Seefeld) y la excelencia de sus guiones.
En Argentina, hay una particularidad: la inflación. Quizá es uno de los pocos rasgos que permite a cualquiera establecer más o menos en qué época se hizo una película o serie. Un producto tan repetido y conocido como “Los simuladores” es, sin dudas, el ejemplo más claro.
En Twitter se hizo viral un hilo realizado por @simuladorscreen que resume los momentos de la serie en donde se muestran precios y tarifas. Todos los números resultan impensados para el 2021.
Para la salud mental (y cardíaca) de algunos lectores, conviene evitar contar cuántos ceros hay que agregar a cada número o cuántas veces mover la coma. Vale recordar que “Los simuladores” fue grabada originalmente entre 2001 y 2003.
Entre los tuits destacados aparecen los precios de los recitales: la entrada para ver a Damas Gratis costaba $8, mientras que por “picar paredes” un albañil podía ganar $180 en la quincena.
El villano Franco Milazzo (César Vianco) ganaba también $180 por cada persona estafada, pero les prometía a sus clientes $50 o $60 diarios. En tanto que el falso taxista que simuló ser Gabriel Medina (Martín Seefeld) le cobró $4,20 a Claudia (Carola Reyna) por un viaje.
En cuanto a libros, un ejemplar de “Martín Fierro” era ofrecido a $30 de costo por José Feller (Jorge D’Elía) a Marcela, la fanática de Paul McCartney y dueña de una librería.
Los precios de las carnes eran surrealistas. En la carnicería de René Palazzo, el jefe del falso Paul, esta era la lista en la pizarra:
- Colita de cuadril $4,99 kg
- Lomo $6,99 kg
- Bifes: $2,99 kg
Y en el quiosco de la escuela donde asistía Pablo, más conocido como el vengador infantil, los valores eran irrisorios:
- Pancho $0,50
- Hamburguesa con queso $2
- Hamburguesa completa $3
- Pebete de jamón y queso $2
- Gaseosa $1
- Agua: $0,50
- Alfajor: $0,50
Para el cierre, un bebote blanco podía conseguirse a $12,90, mientras que uno moreno a $7,90 en la juguetería (racista) del señor Simón.
De tomar dimensión del costo de vida, Susana, la mamá “impresentable”, trabajaba en un restaurante y ganaba $500 por mes. Según Medina, le alcanzaba para mantener a la familia.