El empleo del calzado tiene una función básica que es la de proteger al pie y brindar comodidad y estilo para quienes realizan ejercicio o los emplean como objeto de moda.
Pero el calzado también ocupa un lugar en el imaginario colectivo surgido de las películas de espías. Allí está el famoso ‘zapatófono’ del Súper Agente 86 y varios ‘modelos’ similares, que cumplían múltiples funciones para todo tipo de situaciones.
Algo así ocurrió en el estado indio de Rajasthan y los protagonistas fueron 25 candidatos que se presentaron para rendir exámenes para cubrir puestos de docentes. Las autoridades detectaron que los aspirantes utilizaban ojotas con doble fondo en las que habían montado una tarjeta SIM y un dispositivo de bluetooth conectado con unos pequeños auriculares.
De esta forma, los sofisticados ‘machetes’ permitían establecer conexiones con el exterior ya que el ‘dispositivo’ emulaba un teléfono móvil y así podían ‘soplarles’ las respuestas a través de una llamada.
Sin embargo, tanta sofisticación se encontró con pésimos disimuladores debido a que los portadores de las ‘ojotófonas’ se delataron solos antes de iniciar el examen debido a que los delataron los nervios.
“En uno de los casos, tuvimos que recurrir a la intervención de un médico para encontrar el pinganillo, ya que estaba profundamente implantado”, explicó un agente de policía a The National, un periódico especializado en información de Oriente Medio.
Este nuevo sistema de infracción fue ideado y vendido por una banda criminal por un precio de 600.000 rupias, casi 7.000 euros. A causa de ello, se ha advertido que en las próximas fases de los exámenes sólo se podrá entrar en las aulas descalzos, detalló 20minutos.es.