Gran Hermano llegó a su fin después de cinco meses y 10 días de emisión, pero la casa se volvió a habilitar tras horas de su cierre.
La conductora Georgina Barbarossa visitó la famosa casa para hacer una inspección y transmitir su programa desde allí, acompañada de Nacho, quien salió en segundo puesto.
Durante su recorrido, Barbarossa y su equipo recorrieron la casa, admirando los mismos lugares que los participantes habían habitado por meses.
La cocina en particular llamó la atención de la conductora, que expresó su entusiasmo por la amplia mesada y bromeó sobre su deseo de mudarse allí.
Luego en el living, en charla con Nacho sobre la noche de la gran final, el participante reveló secretos de su estadía en la casa.
Primero, ante la pregunta de Gastón Trezeguet en A la Barbarossa acerca de la mala relación que tenían con Marcos cuando arrancó el reality y por qué cambió.
Nacho se sinceró y dijo: “Es como que nos obligamos a compartir momentos. Iba a la pileta y estaba él y era ‘¿Yy cómo estás?’, y así de a poco”.
En cuanto a las razones de su mala onda, explicó: “Nos prejuzgamos mucho uno al otro, no sé en qué. Yo al principio dije ‘Nono este chico no me va a caer bien’. Éramos muy distintos, yo hablaba hablaba y él nada. No puede ser loco, pensaba, llevamos dos meses y no dice nada”.
“Está haciendo un personaje, creí, pero después me di cuenta de que es así”, agregó Nacho para dejar en claro su nueva relación con Marcos.
Con respecto a su futuro con La Tora, aclaró: “De novios no estamos, yo siempre dije que la quería conocer afuera de la casa, la quiero un montón. Siento que vamos muy bien encaminados”.
El gualicho que Analía Franchín encontró dentro de la casa de Gran Hermano
Sin embargo, en un momento del programa, la panelista Analía Franchín descubrió algo extraño en la cocina: una cebolla que habían personalizado con ojos, nariz y boca.
Inicialmente, pensaron que era una broma divertida, pero Franchín señaló que se trataba de un “gualicho”, es decir, un hechizo de vudú.
A pesar de la sorpresa, Barbarossa bromeó sobre la idea de que los finalistas hubieran sido hechizados para ganar el programa.