Tras estar más de dos años fuera de la industria musical, Paulo Londra regresó a la escena y de la mano de Bizarrap, logró un enorme éxito con la Music Session 23.
Pero no es todo oro lo que aflora en la vida del joven, ya que en los últimos meses se produjo su separación de Rocío Moreno, la madre de sus dos hijas, y ambos están en medio de audiencias judiciales, ya que la mujer le reclama al cantante la cuota alimentaria para sus hijas, además de una compensación económica por los años que estuvo a su lado, cuidando de ellas, mientras él forjaba su exitosa carrera.
Además, al conflicto se le suma la madre de Rocío, quien aseguró en Intrusos que casi no conoce a Francisca, su segunda hija, y que no quiere hacerse cargo de los gastos que le corresponden.
Por su parte, Luciana Ulla, abogada de Moreno explicó: “Aún no hay juicio por compensación, están los puntos sobre los que se haría la demanda, pero para eso se necesita primero concluir esta etapa de negociación y la idea es llegar a un acuerdo, pero tampoco se puede hacer un acuerdo como si él fuera un empleado, no es lo mismo un empresario en cuanto a ingresos. Esto surge de la ley, se tienen presentes los ingresos y las necesidades y que es lo que ella dejo de hacer por acompañar a su pareja en su desarrollo personal”.
En los últimos días trascendió la cifra que el músico está dispuesto a girar, y se tratan de 200 mil pesos mensuales, una cifra que no causó simpatía a varios usuarios de redes sociales, entre ellos a la novelista María Florencia Freijo: “Paulo Londra le ofreció (con lo que cobra)200.00 mil pesos por dos hijas a su ex, que por años va estar dedicada full Time a los tiempos de cuidados, perdiendo años de jubilación, ahorro, crecimiento patrimonial, mientras él levanta propiedades pestañeando. Ahí tienen al ídolo”.
“Como ella no aceptó van a juicio. Recordemos que debería estar fijado entre un 20 y 30% de sus ingresos. Ojalá el fallo judicial sea ejemplar”, continuó.
Desde el círculo de Rocío Moreno aseguraron que en un principio Londra “no quería pasarle ni 200 mil pesos” y que actualmente se manejan con una tarjeta de débito que ella utiliza en cuya cuenta él -en realidad a través de su padre- va depositando dinero, aunque ésta estaría muchas veces en “negativo” ya que “cada tanto le transfieren 20, 10 o 15 mil pesos” que ella reserva para pagar la prepaga.