El corte de orejas, conocido como “otectomía”, es una práctica que se realiza en algunas razas de perros, como el Doberman, el Boxer o el Gran Danés.
Este procedimiento ha sido motivo de controversia durante años y, aunque ha perdido popularidad en muchas partes del mundo, sigue siendo una realidad en ciertos países.
Según la ciencia, existen razones históricas, estéticas y funcionales detrás de esta práctica, pero su justificación está cada vez más cuestionada debido a los efectos negativos en la salud y bienestar de los perros.
Historia y origen de la práctica
El corte de orejas en perros tiene sus raíces en el pasado, cuando las razas de trabajo o de pelea eran modificadas para adaptarse mejor a sus funciones.
Por ejemplo, en perros de caza o guardianes, las orejas largas y colgantes eran vistas como un problema potencial, ya que podían ser lastimadas en peleas o en el campo.
Los perros de guerra o de pelea, como los Pitbulls o Mastines, también sufrían esta modificación para reducir los riesgos de heridas o infecciones en las orejas durante los combates.
Argumentos estéticos y de conformidad racial
En el mundo moderno, una de las principales razones por las que algunas personas todavía optan por cortar las orejas a sus perros es la estética.
En varias razas, como el Doberman, el corte de orejas ha sido promovido durante décadas como parte de su “estándar de belleza”. Este aspecto “afilado” de las orejas se asocia con una apariencia más imponente, fuerte y alerta, características deseadas en perros de guardia o de exhibición.
Perspectiva científica: ¿es realmente necesario?
Desde el punto de vista científico, el corte de orejas en perros no tiene un beneficio físico comprobado en la actualidad. La ciencia ha demostrado que la otoplastia (corte de orejas) es un procedimiento doloroso y puede generar complicaciones.
Los veterinarios coinciden en que este procedimiento, que se realiza comúnmente cuando los perros son cachorros, puede provocar estrés, infecciones, problemas en la cicatrización y traumas psicológicos.
Además, se ha demostrado que las orejas de los perros juegan un papel importante en la comunicación. Los perros utilizan el movimiento de sus orejas para expresar emociones como el miedo, la sumisión o la agresividad.
Al cortar las orejas, se limita su capacidad de comunicación, lo que puede generar problemas en su interacción con otros perros y humanos.