Si sos de los que guardan la leche en la puerta de la heladera porque es el lugar más accesible, esta noticia es para vos.
Aunque parece una elección lógica, los expertos en salud y conservación de alimentos coinciden en que no es el mejor lugar para mantener este producto fresco y en buen estado.
La puerta, el punto más caliente de la heladera
La mayoría de las heladeras modernas están diseñadas con estantes en la puerta específicamente para botellas, pero esa ubicación tiene una desventaja clave: la fluctuación de temperatura.
Cada vez que abrís la puerta de la heladera, el aire caliente del ambiente entra en contacto directo con lo que está allí.
Es decir, la leche almacenada en ese sector sufre cambios de temperatura constantes, lo que puede acelerar su deterioro.
La leche es un alimento muy sensible, y su correcta conservación depende de mantenerla a una temperatura estable, idealmente por debajo de los 4°C. La puerta de la heladera, por más cómoda que sea, no garantiza esas condiciones.
Qué sucede con la leche mal conservada
Cuando la leche no se guarda a la temperatura adecuada, las bacterias presentes en ella empiezan a reproducirse más rápido.
Esto no solo acorta su vida útil, sino que también puede poner en riesgo tu salud. Consumir leche que no está en óptimas condiciones podría generar problemas digestivos.
La típica sensación de “se cortó la leche antes de la fecha de vencimiento” muchas veces tiene su origen en una mala conservación. Y sí, la puerta de la heladera suele ser la culpable silenciosa de esto.
Dónde deberías guardar la leche
El lugar ideal para la leche es en los estantes centrales o inferiores de la heladera, hacia el fondo, donde la temperatura es más constante y fría.
Si bien no es tan práctico como tenerla a mano en la puerta, este cambio de hábito asegura que la leche dure más tiempo y mantenga su sabor y propiedades intactas.
Además, asegurate de cerrar bien la tapa del envase después de cada uso para evitar que absorba olores de otros alimentos. Y, por supuesto, una vez abierta, respetá el plazo de consumo recomendado en el envase.
Otros alimentos que tampoco deberían ir en la puerta
La leche no es el único producto que sufre en la puerta de la heladera. Otros alimentos sensibles a las variaciones de temperatura, como los huevos, los yogures y ciertos jugos frescos, también deberían ser almacenados en las áreas más frías de la heladera.
Aunque la mayoría de las heladeras tienen compartimentos específicos en la puerta para huevos, los especialistas en conservación coinciden en que esa ubicación tampoco es la mejor para mantener su frescura.