Seguramente, muchas veces te ha pasado que te levantás por la mañana y comenzás a cantar una canción. A veces es la canción entera, un fragmento o solo la melodía, pero el caso es que está presente en tu cabeza todo el tiempo.
Muchas veces, esa canción te “persigue” durante todo el día y parecería que mientras más la cantás, más se queda en tu cabeza. Hoy te contamos por qué sucede esto en nuestro cerebro y qué tenemos que hacer para que esa canción se vaya de nuestra cabeza.
Por qué se pegan las canciones en nuestra cabeza
Cuando escuchamos canciones pegadizas, ya sea porque nos gustaron o porque su ritmo tiene esa característica, se nos suelen quedar en nuestra cabeza por horas, incluso días, y pareciera que no podemos dejar de cantarlas ni quitarlas de nuestra mente. Esto se debe a que los sonidos se almacenan en nuestra corteza auditiva y cuando una canción se queda por mucho tiempo allí, se genera lo que se llama una “repetición involuntaria de la música.”
Esto ocurre cuando una melodía o fragmento de ella se repite constantemente en nuestra mente y no podemos controlarlo. Este fenómeno es muy normal que pase ya que la corteza cerebral auditiva tiende a buscar patrones de información que son fáciles de recordar. Es por eso que las canciones más “pegajosas” son las que suelen repetirse contantemente en nuestra cabeza.
Qué hacer para quitar una canción de nuestra mente
Existen varias técnicas para lograr que esa canción que ha estado todo el día repitiéndose en nuestra mente, se vaya. Una de ellas es enfocar nuestra atención a otra actividad: leer un libro, ver una película, mantener una conversación con alguien o también escuchar otra canción para que esa se quite de nuestra cabeza.
O, en su defecto, otra de las técnicas que puede ser muy efectiva es escuchar esa canción de principio a fin. De esta manera, nuestro cerebro cerrará el ciclo y disminuirá la atención de esa canción con la que ha quedado enganchado.
Ahora ya sabés, la próxima vez que te levantes con una canción en la cabeza, podés decidir si escucharla por completa para así “aliviar” a tu cerebro, distraerte con otra cosa o simplemente cantarla todo el día.