La famosa reacción entre las pastillas Mentos y las gaseosas, especialmente las colas, ha sido fuente de fascinación y entretenimiento durante años. Cuando se sumergen estos caramelos en gaseosa, se genera una impresionante explosión de espuma y gas.
Pero, ¿qué pasaría si alguien ingiriera estas pastillas junto con gaseosa? Aunque suena alarmante, los efectos no son tan dramáticos como los experimentos virales podrían sugerir.
Primero, entendamos la ciencia detrás de la reacción. La combinación de Mentos y gaseosa produce una liberación rápida de dióxido de carbono. Esto se debe a la estructura porosa de las pastillas, que permite que las burbujas de gas se formen rápidamente en la superficie de los caramelos cuando entran en contacto con la bebida carbonatada. Esta rápida liberación de gas es lo que genera la explosión de espuma.
Sin embargo, cuando los caramelos se ingieren, el proceso es muy diferente. Dentro del cuerpo, las condiciones son muy distintas a las de una botella de gaseosa cerrada.
En el estómago, la gaseosa ya no está bajo la misma presión que en la botella, y el ácido gástrico diluye tanto la bebida como las pastillas. Como resultado, la reacción no tiene el mismo efecto explosivo.
Las sensaciones que uno puede tener
Eso no quiere decir que no pueda generar incomodidad. Al combinar una gran cantidad de gaseosa con Mentos, es posible que se produzca una sensación de hinchazón o gases debido a la formación de dióxido de carbono en el estómago.
Este gas podría provocar eructos o incluso una leve sensación de malestar. Sin embargo, el cuerpo está diseñado para liberar este gas de manera natural, por lo que las consecuencias no van más allá de esto.
Aunque la combinación de Mentos y gaseosa puede ser impresionante fuera del cuerpo, ingerirlos juntos no representa un peligro grave. El efecto se limita a molestias digestivas leves, como gases o hinchazón, y no a la explosión dramática que se ve en los experimentos.