Trueno, quien viene de coronar con éxito la gira despedida de “Atrevido”, el disco con el que inició su transición del freestyle a la música y que sentó las bases para su expansión dentro de la escena urbana, disfruta ahora del éxito viral de “Dance Crip”. Con esta canción espera “resignificar la cultura del hip hop” a partir de una “búsqueda más musical” y “orgánica”, dijo a la agencia Télam.
“Es como algo inconsciente lo de representar el hip hop, a mi barrio y mi gente. Es algo que pasa sin pensarlo mucho porque es lo que somos”, señaló sobre su actualidad el artista de 19 años, quien desde que irrumpió en las batallas no para de agigantar su figura dentro de la escena argentina.
Anunciado como una de las apuestas fuertes de la primera edición del Festival Experiencia Dolores Rock (que se llevó a cabo el 16 y 17 de abril de 2022), Mateo Palacios Corazzina compartió sus sensaciones sobre mezclarse en la grilla con exponentes de otros géneros: “Está bueno no encasillarse en nada y compartir. Y no decir ‘yo soy esto o yo soy lo otro’, porque somos todos parte de un movimiento argentino”.
“Siento que puedo nutrirme un montón y que también puedo brindar mucho de lo que yo sé. Es como una adaptación a algo nuevo de ambas partes”, añadió quien fuera campeón nacional de Red Bull Batalla y la FMS Argentina, las dos principales competencias de batallas de freestyle en el país.
Después de su paso de tres noches consecutivas por el Teatro Gran Rex de Buenos Aires, el cantante pasó por Córdoba, Tucumán y Rosario, las últimas escalas de una gira con la que también conquistó al público español en su recorrida por nueve ciudades.
-Para las presentaciones de Atrevido Tour armaste una banda muy rockera. ¿Qué encontraste en ese formato? ¿Vas a continuar con esta alineación?
-Tenía muchas ganas de armar una banda porque me daba cuenta de que iba a cambiar mucho la intención del vivo. No es lo mismo tener gente tocando al lado tuyo y compartiendo el momento. La energía de la gente es diferente a si lo hacés con una pista. Vamos a seguir así como estamos, pero con un poco más de estructura en el escenario, que es algo que todavía no está al cien por ciento como lo soñamos. Tengo mucha manija de tocar las nuevas canciones con la banda, mucho más de la que tiene el público por escucharlas.
-Tu último single, “Dance Crip”, toma como punto de partida el clásico “Rapper’s Delight” de The Sugar Hill Gang que sonaba al final de tus shows. ¿El concepto de tu nuevo disco está más relacionado con aquellas influencias y con reivindicar esos orígenes del hip hop?
-Es como algo inconsciente lo de representar al hip hop, al barrio y a mi gente: es algo que pasa sin pensarlo mucho porque es lo que somos. Después de haber indagado en un montón de ‘boom baps’ diferentes y de haber explorado en un montón de géneros, empecé a darme cuenta de los ‘caprichos’ que me faltaban cumplir. Así nace “Dance Crip”, de gustos que me voy dando a mí mismo y que la gente, por suerte, después disfruta. Creo que es mi canción donde más músicos hay. Hay un montón de gente metida y, capaz, antes los temas los hacíamos de una manera más digital, como en “Atrevido”. Ahora, busco ir por lo orgánico, por la música nativa, tratando de generar un conjunto en una canción, donde hay más cabezas y varias visiones. Quizás lleve mucho más tiempo de producción, pero también lo lleva a otro nivel como el que estamos logrando con este disco, con un sonido que es nuestro. Tatool y Brian Taylor (los productores) son los capitanes del equipo, el 8 y el 10 del equipo. Este nuevo disco trae una búsqueda mucho más musical, pero las banderas del hip hop siempre las voy a levantar porque es de lo que estoy hecho. Es imposible evitarlo, es lo que soy.
-¿Qué relación tenías con el ‘crip walk’ (estilo de baile derivado de un movimiento de pies ritual pandillero) sobre el que está basada tanto la canción como el video?
-Escucho mucha música de Estados Unidos, mucho G-Funk y hip hop de allá. Siempre estoy al tanto de lo nuevo y de lo viejo también. Y siempre bailé para “bolacear”; hacía los ‘crip walks’, y tenía ganas de meterlo. Había hecho “G.P.S.”, que tiene algo como de funk más West Coast, más lento, más Snoop Dogg y de los 2000. Entonces sentí como que faltaba ese hip hop alegre, como de fiesta, del estilo de “Rapper’s Delight”, MC Hammer, Run DMC, que hacían canciones para tocar en fiestas. Para mí, se trata de resignificar la cultura que me dio todo lo que aprendí. Es mi manera de devolvérselo de la manera que puedo y que a mí me hace bien.
-También incluiste en el tema un sample de “Coolo”. ¿Cómo fue el contacto con los Kuryaki para incluirlo dentro de tu canción y qué relación tenías con su obra?
-Por suerte tengo muy buena relación con ellos. Con Dante (Spinetta) me hablo mucho; incluso, estamos haciendo música juntos. Tenemos un tema que tenemos que terminar. Mi padre (MC Peligro) los conoce desde hace mucho y yo los escucho desde 2005, pero más por influencia de mi vieja. Cuando los descubrí, me pareció que estaba súper relacionado con el hip hop. Me impresionaba que era algo nativo de Argentina, con un sonido relacionado un poco a Cypress Hill y Control Machete, que en México estaba súper normalizado y que acá no se entendía. De la nada lo trajeron y lo hicieron súper argentino.
-¿Tenés la mirada puesta en salir más del país y llevar tu música hacia otras partes del mundo? ¿Qué podés anticipar sobre las colaboraciones internacionales que estarán en este nuevo disco?
-Sí, siempre, me pasó también con el barrio. Al principio yo estaba como muy metido en mi barrio, muy cerrado en ese concepto y empecé a darme cuenta de que, en vez de mirar para adentro, también tenía que salir para afuera, pero con el barrio en la espalda. Y esa es mi idea sobre salir del país, hacerlo con la Argentina en la espalda. Sobre los invitados, todavía no sé ni qué quiero ni hacia adónde vamos a ir, pero estoy en la búsqueda. Estamos recién cerrando el disco, en el momento de definir los ‘featurings’. Pero a la hora de ir a buscarlos, quiero ver con quién se vibra, quién representa lo que queremos decir y quién no. La idea es que el nombre de la Argentina esté siempre ahí, en grande.