En los últimos 33 años, los hermanos Sebastián (”Culini”) y Eugenio Weinbaum han recorrido los rincones más recónditos del planeta en busca de aventuras para su programa MDQ para todo el mundo. El par de surfistas es de los más queridos de la televisión argentina por lo innovador de su producto.
Culini, apodo que adoptó desde muy pequeño por ser chiquito y nalgón, y Eugenio alimentaron hienas hambrientas, filmaron rituales prohibidos y hasta intentaron surfear la pororoca, la traicionera ola del Amazonas. Sin miedo, han logrado el reconocimiento del mundo.
Mientras se enfrentan a esos peligros, Sebastián y Eugenio no piensan en nada más que mantenerse con vida y lograr buenas imágenes para poner al aire. Pero cuando llega la noche y todo es silencio y oscuridad en medio de la selva, no pueden dejar de pensar en sus esposas e hijos que los esperan en la costa de Mar del Plata, donde viven.
Las familias de Culini y Eugenio Weinbaum
Sebastián (”Culini”), que es el menor de los dos, tiene 49 años y está casado con Paz con quien se volvió padre de Ulises.
Por su parte, Eugenio (61) está casado con Andrea, con quien tienen tres hijos: Simón, Tomás y Milo.
El clan Weinbaum, que en septiembre del 2021 perdió a Herminia, está más acostumbrado a que los hermanos emprendan viajes de varios meses en los que están incomunicados por falta de señal. El amor todo lo puede y es fiel prueba con los matrimonios que tienen.