Si estás buscando una manera original y ecológica de renovar tu espacio exterior, reciclar un cabecero de cama y convertirlo en un banco para el patio es una de las mejores ideas.
Con un poco de creatividad y algunas herramientas, podés transformar un mueble antiguo en una pieza única que dará un toque personal y funcional a tu jardín o terraza.
Materiales que vas a necesitar:
- Sierra
- Lima
- Pegamento
- Alicates
- Lijadora
- Martillo
- Taladro
- Tacos de madera
- Madera para el asiento (puede ser reciclada o comprada)
Paso a paso para crear el banco:
1. Preparación del cabecero y los materiales:
Lo primero que hay que hacer es seleccionar el cabecero de cama que quieras reciclar. Si no es de madera maciza, te recomiendo que elijas uno resistente, ya que lo vas a usar como respaldo del banco.
Asegúrate de quitar todos los clavos, chinchetas y puntillas, ya que son peligrosos y dificultan el trabajo. Una vez que el cabecero esté limpio, inspeccioná si hay alguna pieza de madera o braceros viejos que puedas reutilizar para las patas del banco.
2. Cortar y preparar la madera:
Con una sierra, cortá las patas y los braceros de la medida que más te guste. Si las patas que encontraste no son de la medida adecuada, podés cortarlas con la sierra y luego rebajarlas con una lima para que queden perfectamente ajustadas al banco.
Es importante que, al cortar la madera del asiento, hagas un rebaje en los extremos para que encaje perfectamente con el respaldo. Marca con lápiz, corta con la sierra y termina de ajustar las piezas con la lima. Además, redondear las esquinas con la lima le dará un acabado más prolijo y seguro.
3. Ensamblaje y pegado:
El siguiente paso es ensamblar las piezas. Usá pegamento para fijar el asiento al respaldo. Lo ideal es que la superficie de contacto entre ambas piezas sea amplia, así el pegamento tendrá más agarre.
Para lograr una mejor fijación, te sugiero usar espigas de madera en los agujeros que perfores en las piezas. Asegurate de que todo esté bien alineado antes de dejar secar.
4. Colocar las patas:
Una vez que el asiento y el respaldo estén pegados, es hora de colocar las patas. De nuevo, perforá agujeros en las patas y en la base del asiento, y usa espigas de madera para asegurarlas.
El pegamento será suficiente para mantener las patas en su lugar, pero si querés que el banco quede aún más firme, podés reforzar las patas con tornillos.
5. Decoración y acabados:
Para darle un toque más estético, podés agregar detalles decorativos. En este caso, se utilizó una celosía vieja de madera para rellenar los huecos entre las patas y el asiento.
Fijate que todas las piezas estén bien pegadas y, si lo necesitás, rebajá las piezas con la lima para que queden perfectas.
6. Pintura y toque final:
Dejá secar bien la estructura antes de aplicar la pintura. En este caso, Áurea optó por un color rosa y una mezcla de tonos azules y verdes para darle vida al banco.
Elegí los colores que mejor se adapten a tu estilo y el ambiente de tu patio. Podés usar pintura resistente a la intemperie para que el banco dure más tiempo.