En el año 2019, Anna Chiara del Boca denunció penalmente a su padre, Ricardo Biasotti, por abuso sexual agravado y corrupción de menores. Luego de mucho análisis y una pandemia de por medio, el hombre fue sobreseído por la Justicia y habló al respecto.
El ex de Andrea del Boca fue entrevistado por Florencia de la V en Intrusos y no se quedó con las ganas de expresar algo ya que dijo todo lo que piensa sobre este polémico caso. Tras asegurar que está tranqulo a pesar de lo que pasó, habló del largo trayecto que tuvo que enfrentar: “Fue más largo de lo que me hubiera gustado, casi tres años y medio. Se juntó con el tema de la pandemia que ralentizó todo el proceso, los testimonios se tomaban por Zoom y los juzgados trabajaban una semana sí y otra no”.
Desde su lugar como padre, aseguró que le costó vivir el periodo en el que fue estudiado por esta causa porque nació desde su hija. “Una acusación de esta índole no es fácil de sobrellevar más cuando viene de tu hija y cuando sabés que son todas mentiras”, agregó.
Más allá de todo el drama que vivieron, Biasotti aseguró que está preocupado por el estado de salud mental de la joven y también dijo que la sigue amando. “Ella fue afectada y es una chica que a partir de su nacimiento no se le respetaron sus derechos”, detalló.
Ricardo Biasotti recordó momentos pasados
“Para ser un padre presente tuve que recurrir a la Justicia después de cuatro meses de haber nacido Anna, para poder reconocerla civil y judicialmente. Ella fue una NN durante cuatro meses, no se la inscribió para evitar que la reconociera”, recordó. De esta manera, dejó en claro que varios problemas tienen un origen mucho más alejado en el tiempo de lo que se pensaba.
Ingresando en los detalles de la vida de Anna Chiara, Ricardo aseguró que estaba destinada a vivir la misma vida que su madre, quien “tuvo una vida profesional exitosa pero necesitaba un reemplazo”.
Siguiendo este tema, el sobreseído agregó que su plan con la niña era que tuviera una vida normal y creciera al mismo tiempo de concurrir a un colegio como cualquier otra persona. Según él, las demás personas del entorno lo consideraban “un obstáculo”.
“Fue estigmatizada desde chiquita, desde tener una discapacidad visual, un padre golpeador, que la secuestrada. Así creció, todo esto te tiene que causar un gran daño psicológico. Cuando ves los peritajes ese daño está presente. Acá la víctima fuimos dos: Anna y yo”, señaló sin miedo alguno al qué dirán.