Mantener el joystick de tu PlayStation en perfectas condiciones es esencial para garantizar un rendimiento óptimo durante tus sesiones de juego.
A lo largo del tiempo, el sudor, la grasa de las manos, el polvo y otros residuos pueden acumularse en la superficie del mando, afectando tanto la estética como su funcionamiento. Afortunadamente, con un par de sencillos trucos de limpieza, es posible mantener tu joystick en excelente estado sin necesidad de desarmarlo.
Para comenzar, una limpieza externa es fundamental para eliminar la suciedad superficial. Sigue estos pasos:
- Materiales necesarios: Un paño de microfibra, un hisopo de algodón, alcohol isopropílico al 70% (preferentemente al 90%), y un cepillo de cerdas suaves.
- Desconexión y apagado: Antes de iniciar la limpieza, asegúrate de que el joystick esté desconectado de la consola y apagado para evitar cualquier daño.
- Paño de microfibra: Humedece ligeramente el paño de microfibra con alcohol isopropílico. Pasa el paño por toda la superficie del mando, haciendo hincapié en las áreas que más tocas, como los botones, las palancas y los gatillos. El alcohol ayuda a desinfectar y secar rápidamente sin dañar los componentes electrónicos.
- Hisopo de algodón: Utiliza un hisopo de algodón humedecido con alcohol para limpiar las áreas más difíciles de alcanzar, como las ranuras alrededor de los botones y las palancas analógicas. Esto ayudará a eliminar la suciedad acumulada y asegurará que los botones funcionen sin problemas.
Limpieza interna sin desarmar
Para limpiar el interior del joystick sin necesidad de desarmarlo, sigue este truco:
- Cepillo de cerdas suaves: Utiliza un cepillo de cerdas suaves para limpiar las aberturas del mando, como las rendijas de ventilación y las áreas alrededor de los botones. Cepilla suavemente para aflojar el polvo y los residuos que puedan haberse acumulado en el interior.
- Aire comprimido: Una ráfaga de aire comprimido en las ranuras y aberturas del mando puede ayudar a eliminar cualquier suciedad o polvo que se haya aflojado con el cepillo. Asegúrate de mantener la lata de aire comprimido en posición vertical y de no acercarla demasiado a las superficies sensibles.