En octubre de 2019, Sol Pérez blanqueó su romance con Guido Tomás Mazzoni, abogado y dueño de Bigg Fit, una importante cadena de gimnasios de crossfit a la que acuden muchos famosos.
De hecho, así es como se conocieron. “Él me venía escribiendo por Instagram desde 2016, me invitaba a que fuera a entrenar a su gimnasio. Yo nunca le contestaba, así que me empezó a chamuyar. Con el tiempo, me empezó a hacer chistes y ahí sí le empecé a contestar. Yo no estaba muy conforme con el entrenamiento que estaba realizando, así que acepté la invitación de ir a entrenar a su gimnasio, para probar y ver qué onda”, recordó la panelista en una entrevista con Pronto.
Un gimnasio de celebrities
Jésica Cirio, Christian Sancho, Cande Ruggeri, Mariano Martínez y Nacho Viale son algunos de los tantos famosos que entrenan en los gimnasios de Guido Mazzoni. Y, obviamente, la mismísima Sol Pérez.
El abogado de 37 años es muy activo en las redes sociales, y también se ha mostrado con Agustina Casanova, Floppy Tesouro, Cinthia Fernández y su amigo Pico Mónaco, con quien ha compartido eventos, viajes y cenas a todo trapo.
El punto en común con el marido de Pampita
Además de empresario, el novio de Sol Pérez es abogado. Curiosamente, fue al secundario en el Colegio San Juan Bautista, la misma institución a la que acudió Roberto García Moritán. Aunque, claro, no fueron compañeros de curso, dado que Guido es más chico que el marido de Pampita.
Juntos es mejor
Sol Pérez reveló que su novio la ayudó mucho a cambiar su temperamento, lo que le permitió alejarse de los escándalos mediáticos en los que solía quedar envuelta, y por otra parte tener una relación de pareja más madura: “Guido fue mi puntapié para empezar al psicólogo porque quería una relación en serio, llevarme bien”, explicó la conductora tiempo atrás.
Y detalló: “El quiebre fue cuando nos peleamos en la temporada de teatro de verano en 2019, cuando recién empezábamos a salir, que habíamos alquilado para irnos a vivir juntos. Igual fue todo muy rápido, por suerte salió todo bien, pero podía pasar de separarnos al toque. Nos habíamos puesto de novios en octubre y en diciembre nos íbamos a vivir juntos, una locura”.