Además del reiki y el yoga, el Tai chi se destaca como una de las terapias corporales más ampliamente aceptadas. Aunque en sus inicios se desarrolló como un método de entrenamiento para el combate cuerpo a cuerpo, con el transcurso del tiempo ha evolucionado hacia un enfoque que abarca aspectos tanto físicos como espirituales.
Actualmente, se practica no solo con fines de defensa personal, sino también para mitigar y prevenir diversas lesiones y condiciones médicas. Explora en este artículo todo lo relacionado con esta disciplina.
El Tai chi tuvo sus raíces en China en torno al siglo XII, y aunque inicialmente se limitó a ese país durante muchos siglos, en la actualidad está experimentando una difusión a nivel mundial. Es posible encontrar tutoriales en línea o comparar libros que te guíen para iniciarte en su práctica.
Los expertos enfatizan la importancia de buscar la orientación de un instructor calificado para asegurarte de que se adapte a tu condición física y recibir recomendaciones sobre los ejercicios más apropiados para ti.
Qué beneficios tiene el Tai Chi
En la actualidad, la comunidad científica está profundizando en la comprensión de cómo el Tai Chi puede contribuir a mejorar la salud. A continuación, se exponen los resultados más destacados de estas investigaciones:
El Tai chi demanda un nivel de dificultad mayor al que muchos suponen y exige un notorio control muscular. No obstante, luego de algunas semanas de constante entrenamiento, podrás percibir una transformación en la estructura y regulación muscular, acompañada de una mejora en la estabilidad y el equilibrio. Según los expertos, esto desempeña un papel crucial, especialmente en personas de edad avanzada, al reducir el peligro de sufrir caídas.
Los expertos a menudo sugieren enriquecer los enfoques terapéuticos de la salud mental mediante la inclusión de técnicas elementales de relajación o ejercicios aeróbicos de intensidad moderada. En este sentido, el Tai chi emerge como una excelente manera de amalgamar estos dos aspectos. Además, se ha observado que sus propiedades tranquilizadoras están vinculadas a la disminución de los niveles de hormonas del estrés, como el cortisol.
Por último, al mitigar el estrés y contribuir al equilibrio cardiovascular, el Tai chi tiene el potencial de ser beneficioso para la reducción de la presión arterial y la atenuación de los síntomas asociados a la hipertensión. No obstante, se requiere de investigaciones adicionales para respaldar y ratificar esta correlación.