Como todos los martes, los participantes de Gran Hermano se juegan todo y más para ser el líder de la casa. Esto tiene una importancia única porque le da inmunidad por una semana al ganador de la prueba y la posibilidad de salvar a alguien de la placa de nominados.
En estas instancias, es el todo por el todo y un error te puede dejar afuera del certamen. Y los “perdedores” de la prueba del líder lo saben, por eso, luego de saber que la ganadora era Romina, se vivieron momentos de angustia y bronca en la casa.
Un Thiago sin consuelo, un Agustín indignado y un Maxi devastado, fueron las postales de la noche de este martes.
PRUEBA DE LIDERAZGO Y DESCALIFICACIÓN
La de este martes fue una prueba de duplas que se eligieron por sorteo. Tenían que aguantar la mayor cantidad de tiempo en un pequeño peldaño. La dificultad estaba en que, al llegar al peldaño más alto, tenían que sostenerse, cada participante, en un pie.
Como viene pasando desde hace varias galas, el desenlace de la prueba es en vivo, durante la gala conducida por Santiago Del Moro.
Las parejas finalistas eran Thiago y Agustín versus Maxi y Romina. Previo a la prueba, los varones de la prueba habían estado especulando sobre qué pasaría si ganaba cada uno de ellos. El panorama, si ganaba Romina, era solo favorable para Thiago, por haberla salvado de la placa la semana pasada.
Agustín llegó a sugerirle a Maxi que se inmole, para perder en la instancia de duplas, y de esta manera que Romina no pueda pelear por el liderazgo.
La prueba se hizo y los ganadores fueron Thiago y Agustín. La alegría duró poco porque Gran Hermano los descalificó porque Agustín apoyó un pie cuando la orden de sacar el pie ya había sido dada.
Ante esta decisión, Maxi y Romina debían competir de nuevo, pero ahora de manera individual. Finalmente, fue Romina quien se quedó, una vez más, con la prueba de liderazgo.
Con los enfrentamientos y las últimas eliminaciones, Maxi y Agustín saben que si quedan en placa es poco probable que ella los salve. Además, ella tiene inmunidad y muchos votos que iban para su lado, ahora deben ser redirigidos.
La casa se pone cada vez más caliente y las alianzas se van quebrando. Queda mucho por delante y cada día trae una sorpresa nueva.