“Yo no me imagino haciendo otra cosa que no sea música”. La frase del maestro brasileño Tobias Volkmann resume su vida. Vive por y para la música. El camino lo trajo a nuestras tierras. Su talento lo pone al frente de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional de Cuyo durante el período 2023-2025, asumiendo la dirección que dejó vacante el venezolano Rodolfo Saglimbeni.
“Es antes de todo un honor, una alegría”, dice Volkmann sobre su convocatoria a pertenecer a tan prestigiosa institución. “Yo voy a Mendoza desde 2014 como invitado de la orquesta. Desde el principio siempre tuvimos una excelente relación y una colaboración artística siempre muy positiva. Estoy muy motivado y muy, muy, contento de estar en una linda ciudad con amigos”, reconoce el músico.
Sobre los desafíos de asumir la tarea de dirigir la Orquesta Sinfónica de la UNCuyo, Volkmann hace referencias al obstáculo más grande al que se enfrenta la cultura, sobre todo en Argentina y Brasil: el económico. Pero destaca en igual medida “las cualidades de la creatividad latinoamericana y la buena voluntad siempre de hacer lo mejor posible, y tenemos claro el potencial humano. Hay mucha gente muy buena en Mendoza”.
Volkmann prefiere hablar de motivaciones y el entusiasmo se le nota en la voz. “Lo que me motiva mucho es saber que en el paraguas institucional de la UNCuyo tenemos una orquesta muy importante de historia y tradición. Vamos a conmemorar 75 años de la orquesta. Tenemos excelentes coros, el ballet con el que tuve la felicidad de trabajar el año pasado e hicimos un bonito espectáculo. Entonces hay muchas posibilidades: la Facultad de Artes y Diseño, el Vivero Musical... Hay muchas posibilidades de desarrollar una temporada rica y una colaboración rica con todas estas áreas de la Universidad y también de la ciudad y de la región”, reconoce el músico brasileño.
QUIÉN ES TOBIAS VOLKMANN Y EL ROL SOCIAL DE LA MÚSICA
Tobias Volkmann es brasileño y viene de familia alemana. Sus abuelos, todos alemanes. “Crecí en una cultura alemana y luterana”, evoca el maestro sobre sus orígenes.
Y acá, lo que explica un poco su destino marcado por la música. “Mi madre es maestra de canto. Fue cantante de ópera y trabajó mucho con coros. Yo crecí en un ambiente cantando con coros y también estudié instrumentos”, recuerda Volkmann, y aclara que sus comienzos fueron con el canto.
Su pasión por la dirección de orquesta no tardó en aparecer. Tal vez estuvo siempre ahí latente. Un maestro con el que estudiaba en Suiza le dio ese empujoncito que necesitaba. Estudió dirección en Río de Janeiro y de ahí se fue a Pittsburgh, Estados Unidos, a hacer una maestría.
Volkmann va a enumerar los premios que ganó y las importantes ciudades en las que trabajó, pero un detalle llama la atención. El maestro asegura que eligió quedarse en Sudamérica. ¿Por qué?
”Porque me encanta nuestra cultura, nuestra música y también por oportunidades excelentes que tuve, como ser director del Teatro Municipal, que es el más tradicional teatro de Brasil. También fui titular de la Sinfónica Nacional de Brasil”, explica el músico, y agrega: “Aunque sea alemán en el nombre y en el origen, yo me siento muy sudamericano también, por esto tengo el interés de estar en Mendoza y en Argentina”.
A la hora de rastrear sus influencias, es imposible pedirle un nombre a Volkmann. Él es un enamorado de la música en general, pero con una devoción particular por las músicas regionales. Acá es donde confiesa que no se imagina haciendo otra cosa que no sea música. Probó con el deporte, pero no.
“No puedo expresarme de otra manera que no sea por la música. Es una cosa muy natural”, confiesa Volkmann y revela que entró a la escuela de publicidad en la Universidad de Porto Alegre, pero al poco tiempo supo que no era su lugar y de manera natural abrazó a ese amor que siempre lo esperó, la música.
Profundizando en su devoción por la música regional, Volkmann hace foco en el chamamé, “música muy regional que a mí me encanta, porque yo crecí cerca de Porto Alegre, en Río Grande del Sur. Es el Estado más al sur de Brasil que tiene frontera con Argentina y Uruguay. La cultura es muy parecida y me encanta esa música. Hay un bandoneonista argentino, Raúl Barboza, que es un genio y a mí me encanta”.
Pero no sería el único artista argentino que llamó la atención de Volkmann. El maestro habla de Mercedes Sosa. “Su voz es como la voz de Latinoamérica”.
Tobias Volkmann tiene un costado social y solidario. En 2012, cuando volvió de su maestría en Estados Unidos empezó un núcleo de la Acción Social por la Música, en una de las favelas más violentas de Río.
La red de acción por la música es un programa que nace en 1975 en Venezuela. El Maestro José Antonio Abreu funda el Sistema de Coros y Orquestas de Venezuela con el sueño de “transformar la adversidad en esperanza”. Lo logra llevando a la práctica colectiva de la música a los pueblos y barrios más empobrecidos del país, formando orquestas y coros, para que todos los niños y niñas tengan la oportunidad de desarrollar los más altos valores del espíritu humano.
Un poco alejado de esta tarea por sus compromisos laborales, Volkmann no deja de estar presente en esta labor social que busca encauzar la vida de miles de niños y niñas a través de la música. No puede esconder su emoción al hablar de los jóvenes brasileños que alguna vez fueron niños y hoy son la primera generación de una familia en entrar a la Universidad.
“La música en agrupaciones tiene la fuerza de involucrar a los niños, a las personas, por un objetivo común. Basta con que cada uno tome conciencia de su rol individual para el objetivo colectivo. En la orquesta hay muchos instrumentos diferentes que tienen papeles distintos y hay una alternancia de roles y protagonismo”, explica el maestro.
A través de la música y de este sistema se aprende de respeto, de responsabilidad y a trabajar en equipo. “La música tiene un poder muy fuerte en el individuo”, concluye Volkmann, dejando en claro el compromiso que el artista tiene con educar a través de una expresión artística tan rica.
EL DEBUT DE VOLKMANN EN MENDOZA
El inicio de la temporada de conciertos en la Nave UNCuyo será el viernes 10 de marzo a las 20.30 en la Nave UNCuyo en el marco del ciclo sinfónico bajo la dirección del maestro Tobías Volkmann. El programa que se interpretará comprende el Concierto para oboe de Richard Strauss, con Marcelo Mercado como solista, y la Sinfonía N°2 de Johannes Brahms.
UNA PREVIA ESPECIAL
Pocos días antes de la apertura oficial de la temporada, la Sinfónica tocará en la Fiesta de la Cosecha, el 1 de marzo en los viñedos del Aeropuerto. Al lado de Divididos, asumirá el papel que años anteriores ocupó la Filarmónica de Mendoza.
Bajo la dirección de César Lara, el power trío formado por Ricardo Mollo, Diego Arnedo y Catriel Ciavarella interpretará sus clásicos entablando una unión inédita entre el rock de la banda y los amplios sonidos de la orquesta.
“Con una impronta decidida a expandir su propuesta musical de vanguardia, la Sinfónica ha visitado no solo el más exquisito repertorio clásico, sino que ha explorado el mundo sonoro de los Beatles y Coldplay, convocando a públicos más amplios y heterogéneos”, explicaron desde el organismo.
“Las versiones sinfónicas de Divididos han sido compuestas especialmente para la Fiesta de la Cosecha 2023 por Joaquín Guevara y Juan Emilio Cucchiarelli. Estos dos músicos mendocinos han ganado renombre en los últimos años en función de sus grandes aportes a la música, entre los que se destacan los arreglos orquestales de diversas Fiestas de la Cosecha: con Lisandro Aristimuño (2019) y Ciro Martínez (2020) y David Lebón (2021). También crearon -junto a Sebastián Alcaraz- la obra ‘Música del confines’ inspirada en la saga de la escritora Liliana Bodoc”, continúa el comunicado.
Y finaliza: “El escenario de la Fiesta de la Cosecha también tendrá la participación de grandes talentos de la región. Este año, el repertorio cuyano exaltará todo su color local bajo la dirección de Nicolás Diez, músico, arreglador y productor mendocino. Al ensamble se suma el Dúo Nuevo Cuyo con Gustavo y Guillermo Micieli, grandes representantes del repertorio local, las voces de Julieta y Patricia Cangemi que aportan frescura y trayectoria al grupo, y Daniela Calderón, talentosa guitarrista y cantora que llega desde San Luis para hacer brillar la música regional. La cuyanía se completa con Gabriel Narváez en bajo y contrabajo eléctrico, Laureano Busse y Martín Barros en guitarras y Fabio Garro en percusión”.