Los juegos y las travesuras de los niños en el hogar frecuentemente suelen derivar en incidentes menores o accidentes involuntarios que derivan en pequeños sustos para sus padres.
Sin embargo, en algunos casos lo insólito de los eventos desafortunados queda entre la risa y la angustia de progenitores y familiares a cargo. Esto es lo que le ocurrió a un pequeño brasilero llamado Andrés, quien decidió meterse en un jarrón para llevar a cabo una ‘gracia’.
Sin embargo el chiste salió mal y el pequeño rápidamente se encontró aprisionado en el objeto de cerámica, y debió pedir ayuda a sus familiares.
Entre ofuscada y sorprendida, un mujer llegó hasta el ‘escondite’ del menor y le pidió que saliera. Pero ante la imposibilidad de liberarse tuvieron que recurrir a métodos un poco más extremos y haciendo uso de un martillo.
Con sucesivos golpes contra la vasija, el pequeño pudo abrirse paso entre los restos del jarrón que terminó en la basura.