Un tucumano se fue de vacaciones a El Pingo y se volvió viral. Lo que empezó como un chiste se volvió realidad. Juan Pablo buscó “El Pingo” en el GPS y el aparato le marcó el camino a su destino.
Meses atrás, el tucumano había visto un video de la inauguración de un balneario de El Pingo, una pequeña localidad entrerriana de menos de mil habitantes. “Es lindo El Pingo”, decía una señora mirando a la cámara.
En febrero, para los feriados del carnaval, la familia decidió que irían de vacaciones a Concordia. Su esposa, Viviana, y Candela, su hija de quince años, lo acompañaron.
En las semanas previas al viaje, cuando sus familiares y amigos le preguntaban adónde iba a salir de vacaciones, Juan Pablo respondía que a El Pingo. “Literalmente me fui a donde me han mandado todos, esa es la verdad”, confiesa entre risas al medio local El Tucumano.
“El GPS nos marcaba que estábamos en el centro de El Pingo. Buscábamos con mi señora un cartel, cualquier cosa que diga El Pingo y nada che… No teníamos nada y para nosotros era un bajón porque contar que fuiste a El Pingo y no tener una foto de un cartel o algo es un bajón mal ¿entendés?”, dijo.
“Íbamos en la ruta, ya saliendo del pueblo, y en eso miro a la izquierda y veo en un paredón ‘El Pingo’. Inmediatamente, clavé los frenos del auto y di la vuelta… Me empecé a reír, no sabés esa alegría que tenía el vago, era el sueño del pibe… Era un cagadero de risa todos en el auto… Era lo máximo que habíamos logrado, llegar hasta ahí”, recordó entre risas.
Juan Pablo cumplió su “sueño” y consiguió su fotografía en “El Pingo”. Sin embargo, el tucumano sintió que le faltó algo más para hacer la experiencia completa.
“Yo buscaba recuerdos, una remera, un vaso, un caramelo que diga El Pingo. Creo que estaría bueno eso porque la gente de acá, del norte, va a ir. Imaginate traerte un recuerdo de El Pingo… Sos Dios… Un llavero nomás que diga El Pingo ¿Sabés lo que sería? ¿Qué tucumano no va a querer tener algo así?”, cerró.