Gran Hermano teminó, pero sigue dando que hablar y sus fanáticos están siempre ansiosos por conocer las novedades de los participantes, incluso de los más peludos.
Tal es el caso de Caramelo y Mora, los dos perros que entraron a la casa a mediados de febrero y que luego fueron adoptados por Romina Uhrig y Marcos Ginocchio, respectivamente.
Durante el fin de semana largo, se supo que la ex diputada se tomó unas mini vacaciones junto con sus hijas y Caramelito, quien está conociendo Pinamar. Romina publicó un video en sus redes sociales en el que se la veía disfrutando de la playa junto a su mascota.
Por su parte, Mora llegó a Salta junto con el ganador del reality, donde se reencontró con Valentina, la hermana del exparticipante, quien se mostró muy feliz de poder jugar con la perrita. El video del emotivo encuentro se volvió viral en TikTok.
La joven había estado acompañando a Marcos en la casa por una semana y, por decisión del público, fue la pariente elegida para transmitirle el liderazgo a Ginocchio. Ella también se había ganado el cariño de la gente y, como era de esperar, el de la cachorrita que ya se hizo amiga de Cleo, la gata de la familia.
La estadía de Valentina en la casa de Gran Hermana
Valentina, quien reside en Francia, llegó de sorpresa al estudio de Telefe y fue la primera familiar en ingresar a la casa. La emotiva reunión de los hermanos duró unos tres minutos y fue el primer momento emotivo de la jornada.
Después de haber enamorado a los espectadores desde las tribunas, llegó el momento de que quienes se encontraban dentro de la casa tuvieran la oportunidad de conocerla.
En una jornada que produjo emociones y llantos para todos, cada uno de los familiares ingresados portó una caja que debía abrir frente al resto, con recuerdos y detalles para los jugadores. Así, Valentina le entregó fotos y distintas golosinas.
Pero también tuvo un gesto especial para con el resto de la casa, cuando pidió un minuto de silencio y repartió pulseritas que había traído desde Salta especialmente para los participantes.
De esta manera, los animales que conquistaron los corazones de los espectadores y de los participantes de Gran Hermano también tienen su historia después del reality.
Y es que Caramelo y Mora encontraron el amor y un hogar gracias al programa, lo que demuestra que la televisión también puede tener un lado humano y solidario.
