Video: el tierno gesto de un perro que llegó con su dueño al hospital y lo esperó por días

El hombre ingresó en estado crítico y acompañado de sus hijas. El can no se quería ir, lograron llevárselo pero se escapó de su casa y regresó solo al lugar. Todo quedó registrado por las cámaras de seguridad.

Video: el tierno gesto de un perro que llegó con su dueño al hospital y lo esperó por días
El perro esperó durante días a su dueño para recibirlo con todo su amor.

Las cámaras de seguridad de un hospital de México captaron una tierna secuencia que tiene como protagonista a un perro adulto, que llega hasta la parte de urgencias acompañando a su dueño, junto con una de sus hijas. Pero el señor debió quedar ingresado y el can se negó completamente a abandonarlo allí, por lo que lo esperó por días.

En las grabaciones se puede ver a un hombre llegar en sillas de ruedas con un cuadro de coronavirus, hasta la parte de emergencias de un hospital. Allí llega con una de sus hijas y un Golden Retriever ya adulto. Con claridad se aprecia que el perro ingresa con todos los adultos hacia la guardia, pero segundos después, una enfermera lo saca para que espere afuera.

Sin embargo, el perro obstinado por acompañar a su mejor amigo, espera el momento de distracción y vuelve a entrar, por lo que el personal de salud nuevamente lo arrastra hacia afuera y esta vez le cierran la puerta.  Pero este enorme can se queda allí haciendo guardia.

Luego de unas horas sale del hospital la hija que acompañaba al hombre y decide llevarse al Golden, pero este se resiste a irse, entonces la joven se  retira y aparece minutos después con una correa logrando llevárselo a su casa.

La historia no termina allí, sino que el enorme can reaparece en horas de la madrugada solo, porque logró escaparse de su casa e irse solo hasta el hospital donde sigue ingresado su dueño. Por lo que llega otra hija del paciente e intenta llevárselo a la fuerza, porque el perro vuelve a mostrar resistencia y ya no hubo modo de llevarlo a su hogar.

Angustia y reencuentro

Pasaron los días y los empleados del hospital se encariñaron con él, lo llenaron de caricias y hasta comenzaron a alimentarlo y darle agua. Hasta que una noche, una de las enfermeras decidió traerle la manta de su dueño, para que durmiera sobre ella y sintiera su olor.

Siguieron pasando los días, todos se encariñaron con él y muchos quisieron adoptarlo, pero el perro no quería moverse de allí y estaba día y noche en el mismo lugar. En las grabaciones se puede percibir la enorme angustia que correo al animal.

Hasta que de pronto su dueño apareció caminando, mientras salía del hospital en buen estado de salud y fue entonces que ambos se reencontraron en un tierno festejo lleno de alegría y muchísimo amor reflejando la enorme lealtad de ambos en la amistad que los une.

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