La familia Cheng se encontraba de paseo por la juguetería KK Plus, situada en Hong Kong. En un despiste de sus papás, su hijo pequeño de cinco años se apoyó sobre una colosal estatua dorada de los teletubbies, la cual cedió al peso del pequeño y se hizo trizas contra el suelo.
Como consecuencia del daño ocasionado, el personal del local obligó al padre del niño a pagar la suma de 4 mil dólares, justificándose en que su hijo había pateado la estatua a propósito.
Sin embargo, las imágenes del incidente fueron captadas por una cámara de la juguetería y por lo que puede apreciarse el niño en ningún momento patea la estatua como habían afirmado los trabajadores del lugar, sino que se apoya sobre la figura y, sin quererlo, la tira. Incluso puede verse como el chico intenta, en vano, evitar que la estatua se caiga.
Al enterarse de las falsas acusaciones del personal de la tienda hacia su hijo, el hombre les reclamó que le devolvieran el dinero y además los criticó por exhibir la escultura en un pasillo por el cual transita mucha gente, aludiendo a que debería tener más protección para que no ocurran accidentes.
El señor Cheng también manifestó al medio Daily Mail que su hijo quedó traumado luego del incidente por el aspecto aterrador del teletubbie: “Solo miraba el juguete. Estaba tan aterrorizado después del incidente. Me preguntó por qué la escultura daba miedo”.
En respuesta a las exigencias del señor Cheng, la tienda expresó a través de un comunicado que la compensación por la estatua había sido “mutuamente acordada” y que únicamente pagaron el precio justo. Además, indicaron que el teletubbie, de 1.70 metros de altura, había estado exhibido en ese mismo lugar desde noviembre y que nunca fue un estorbo para los clientes, sin embargo, dijeron que tendrían más precaución para evitar futuros accidentes.
El comunicado de la juguetería generó un debate en las redes sociales, ya que algunas personas apoyaron al padre del niño, asegurando que la figura no debía estar en el pasillo sin protección; mientras que otros replicaron que la familia tuvo que haber cuidado mejor al niño.
En base al alboroto ocasionado por el incidente se pronunció un abogado, quien afirmó que la edad mínima de responsabilidad penal en Hong Kong es de 10 años, por lo que las autoridades de KK Plus no tenían derecho de hacerle pagar al señor Cheng la elevada suma de dinero.