Una de las atracciones de Bariloche que reúne a multitudes de turistas, consiste en tomarse una foto con un perro San Bernardo. El dueño del animal se ubica junto a él en una plaza frente al Centro Cívico de la ciudad y, a medida que van llegando los clientes atraídos por el enorme perro que luce un barril en el collar, este les va cobrando.
Parece un negocio redondo para el hombre, quien no hace nada de esfuerzo para ganar dinero, sin embargo, quien se lleva la mayor parte del trabajo sucio es el perro, que debe acudir al lugar aunque haya mal temporal para posar junto a los clientes. Esto molestó a un joven de 21 años, que decidió escracharlo mediante TikTok y lo acusó de cometer explotación animal.
El turista, identificado como Cristian, consideró que se trata de un hecho de maltrato animal y dio su opinión en un video que se hizo viral en la red social. “No me importa que tradición tenga esto, pero hace días veo al perro atado sin importar nada”, arrancó diciendo mientras mostraba cómo la gente se acercaba a tomarse una fotografía con el perro.
“No consuman esto”, pidió el joven. Además, sentenció: “Es esclavizar a un animal para un bien económico”.
Cristian contó en una entrevista con TN que pasó varios días por el mismo lugar y que la imagen se repetía. “Además de pasar distintos días lo hice en diferentes horarios y el animal estaba siempre ahí. No se cuántas horas pasaba en ese lugar. Debería estar prohibido esto”, sentenció.
Qué dice la ley sobre esta práctica
En 2019, a través de una ordenanza, el Concejo Deliberante de la localidad decidió desalentar fuertemente la actividad. De acuerdo al texto aprobado por los ediles, quienes ordenaron que una vez que mueran los actuales canes ya no se otorgarán nuevos permisos municipales a sus propietarios, publicó Clarín.
Además, la actividad se puede realizar con animales inscriptos en un registro municipal y que cumplan las condiciones de salud. Un veterinario examinará anualmente al perro para confirmar que se encuentra en condiciones físicas de continuar.
La ordenanza establece que cada perro no podrá “trabajar” más de tres horas diarias, colocando un límite crucial a algunos de los propietarios que exponían a sus animales a prolongadas jornadas mientras esperaban turistas.
