Por primera vez en el historia de la nuestro país, los 19 líderes de las economías más importantes del mundo se reunirán hoy y mañana en la cumbre del G20 en Buenos Aires para proponer soluciones posibles a un presente y futuro de problemas que trazan desafíos para la geopolítica internacional.
En una ciudad completamente militarizada, los presidentes y primeros ministros debatirán moderados por el anfitrión, Mauricio Macri, sobre cuatro ejes oficiales: el futuro del trabajo; infraestructura para el desarrollo; un futuro alimentario sostenible; y perspectiva de género.
Mientras Macri esté sentado en la cabecera del auditorio desde mañana al mediodía, montado en un aislado y blindado centro de exposiciones en Costa Salguero, a unas 30 cuadras 87 organizaciones locales y extranjeras marcharán contra el G20 y el FMI.
Al margen de los temas oficiales, el evento estará cruzado por reuniones bilaterales que gravitarán por peso propio. La central será la que protagonizarán el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par chino Xi Jinping, en la noche del sábado en un lugar secreto.
El encuentro mano a mano será determinante porque no sólo tratarán de declarar un alto al fuego en la dura disputa comercial que llevan adelante y que impacta en todas las economías del mundo, sino también que pondrán a prueba la capacidad del G20 de continuar siendo la principal mesa de discusión de los líderes globales.
Ayer, el presidente norteamericano (que anoche llegó al país) redobló la apuesta y, antes de subirse al Air Force One para trasladarse a la Argentina, resaltó los logros de su batalla frontal contra el comercio chino: "Gracias a los aranceles contra China, miles de millones de dólares entran en las arcas de los Estados Unidos".
Más allá de la cargada agenda de actividades que Trump mantendrá en Buenos Aires y que arrancará formalmente con la reunión bilateral que mantendrá con Mauricio Macri, todas las miradas se centran en lo que sucederá mañana durante la cena que compartirá con el mandatario chino.
China expresó ayer su esperanza en alcanzar "resultados positivos" en la cumbre que mantendrán Trump y Jinping porque, remarcaron, "lo esencial de la colaboración comercial entre China y Estados Unidos es el beneficio mutuo".
El resto de los países del G20 -que reúnen el 66% de la población mundial y el 85% del producto bruto mundial- imploran por un acuerdo y advierten que si la “guerra” se potencia, lo sufrirá el mundo entero, principalmente los emergentes entre los que está la Argentina, que quiere mostrarle al mundo su compromiso con la cooperación internacional, el multilateralismo y la gobernanza global.
En los hechos, esta cumbre no le cambiará la vida cotidiana al ciudadano argentino, que deberá seguir lidiando en una economía inestable. Pero en el Gobierno afirman que las resoluciones de esta semana tendrán impacto en el mediano plazo.
Macri tuvo su primer día de bilaterales
Pese a que hoy se inaugura oficialmente la Cumbre del G20, la agenda de reuniones bilaterales del Presidente Mauricio Macri arrancó ayer con notable intensidad. Se estima que el mandatario argentino mantendrá hasta el domingo 17 reuniones bilaterales de distinta importancia. Ayer, el jefe de gabinete Marcos Peña dijo que no habrá una reunión de Macri con el príncipe saudí, Mohamed Bin Salman.
Después de reunirse con Lee Hsien Loong, primer ministro de Singapur, a quien el Presidente invitó a invertir en Vaca Muerta, en las explotaciones de litio en el norte y en proyectos de infraestructura portuaria, Macri recibió a Emmanuel Macron, Presidente de Francia, en la Casa Rosada. Fue la primera de las bilaterales con un líder mundial. Se discutió el demorado acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea. Macri se mostró optimista, mientras que su par francés mostró reparos.
Macri elogió la reforma laboral que se está impulsando en Francia. En paralelo, se confirmó la compra de cuatro buques de guerra a Francia por 319 millones de euros.
También en la Rosada, Macri recibió a las dos autoridades máximas de la Unión Europea, Jean Claude Juncker y Donald Tusk. Y después a Luis Alberto Moreno, Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Por la tarde fue el turno de Giuseppe Conte, Primer Ministro de Italia. Intercambio de conocimientos tecnológicos y desarrollos de las Pymes fueron algunos de los temas abordados.
Por último, Macri cerró la jornada con Justin Trudeau en la Residencia de Olivos. Con una cena especial, el presidente agasajó al Primer Ministro de Canadá, quien asistió con su esposa. Inversiones en minería figuró en el "menú" de lo conversado.