Un país, una provincia, una ciudad, la familia y uno mismo se miden por su limpieza. En un barrio no debemos tirar la basura enfrente porque haya una placita o un descampado. Por ejemplo en Luján muchas amas de casa hacen salsa de tomate pero al desperdicio -las cáscaras, semillas y jugos- los tiran así nomás sin ninguna bolsa, y aunque la pusieran en la bolsa ese desperdicio se fermenta y luego empieza a eliminar líquidos que producen olor y vienen los insectos. Una sugerencia es que se haga un pozo y enterrar el desperdicio. O esperar a que pase el recolector y colocarlo prolijamente esa basura para que él la lleve el mismo día.
También debemos considerar los espacios verdes como plazas, montañas y todo lugar público. Si alguien pasa por ese lugar, y lleva comida o bebidas, no dejar los desperdicios allí sino tomar una bolsa y dejarlo en el primer contenedor que vea. Para que después pueda volver al lugar y encontrarlo limpio y pasar otra tarde hermosa.
Otro solución sería que los municipios colocaran más contenedores diferenciando lo de vidrio, lo orgánico e inorgánico. El Estado debe estar presente generar más fiscalización y que se aplique la ley. Que haya más difusión y educar más para mejorar nuestra ciudad. Y entonces al compartir todo esto vamos a disfrutar mejor de nuestras calles y espacios verdes.
Ana María Leiva
DNI 11.105.148