El problema suele ser al revés, las personas suelen pecar por un bajo consumo de líquidos y, en casos, llegar a la deshidratación, pero hay quienes por el contrario sufren de potomanía, un deseo incontrolable de beber agua todo el tiempo, lo cual les genera una dependencia y una sensación de placer al hacerlo.
Este consumo desmedido que, en cuadros de extrema gravedad, alcanza los 15 litros, resulta muy peligroso para el organismo, ya que así como el mismo necesita como mínimo dos litros de agua diarios, al ingerir cantidades mayores el cuerpo comienza a verse afectado.