Propuesta de cambios, resistencias y debates

En esencia, el tema principal es acomodar los escenarios en forma gradual porque también en la misma forma se intentará bajar el gasto.

Propuesta de cambios, resistencias y debates
Propuesta de cambios, resistencias y debates

A partir de la propuesta de Macri de abrir un debate para reformar diversos aspectos la mayoría apoyó la idea pero hay resistencias por las formas de los planteos o temores ante lo desconocido.

Cuando el presidente Macri dio a conocer su propuesta para alcanzar consensos básicos fijó un objetivo claro: bajar la pobreza. Para conseguir este objetivo centró la dirección en tres ejes centrales: responsabilidad fiscal, generación de empleos y mejora de la calidad institucional.

El objetivo y los ejes, en sí mismos, nadie los puede objetar, pero la discusión se comienza a dar cuando se pasa a la letra de los proyectos y ahí comienzan a aparecer resistencias a los cambios, problemas sectoriales (como los generados con la vitivinicultura) y debates profundos respecto de cambios muy importantes en algunas normas que antes nadie se animaba a discutir, como la indemnización por despido.

El mismo Presidente sabe que las ideas planteadas van a tocar intereses, pero está dispuesto a dialogar sobre la base de que algunos temas no son negociables, como es la responsabilidad fiscal. No obstante, el mismo proyecto de reforma afirma la idea del gradualismo, lo que implica que se harían varios cambios que no modificarían mucho los ingresos, sino que les sacará impuestos a unos y gravará a otros.

En esencia, el tema principal es acomodar los escenarios en forma gradual porque también en la misma forma se intentará bajar el gasto. De hecho, se ha ratificado el objetivo de alcanzar un 3,2% del PBI de déficit fiscal en 2018. En la medida que el gasto baje en forma lenta no será posible bajar la inflación, que muestra líneas de resistencia importantes.

Inversión y empleo

Una de las cosas que obsesiona al gobierno es que se dinamice la inversión, algo que los empresarios habían prometido y hasta ahora es demasiado lenta. El presidente se ha quejado varias veces porque los empresarios no invierten pero estos dicen que con esta tasa de inflación, las tasas de interés y el atraso del tipo de cambio por ahora no les conviene. Es la contracara del gradualismo.

Todas las medidas propuestas, tanto de suba de impuestos como de rebajas han sido planteadas en un plan gradual a 5 años. El gobierno reconoce que es lento, pero también que fija un horizonte previsible, algo que también pedían los empresarios.

Para estimular a los empresarios que ya están trabajando, el gobierno propone dos medidas importantes. Por una parte, una rebaja del impuesto a las ganancias del 35 al 25% para las empresas que reinvierten utilidades. Resta saber la forma en que se implementará, pero la intención es favorecer al que ya está trabajando para entusiasmarlo.

Como complemento, el gobierno busca el blanqueo de trabajadores informales. Se calcula que, en primera instancia, se podrían blanquear 1 millón de empleos, personas que podrían tener aportes, gozar de beneficios de la seguridad social y aportar para tener una jubilación digna. Además, y también en un plazo de 5 años, se hará una rebaja de aportes patronales, estableciendo un mínimo que, al final del camino, será de $ 12.400.

De esta manera, el gobierno está pretendiendo empujar la inversión y la creación de empleo. Porque, además, está bajando costos a las empresas y va mejorando en forma paulatina un poco de competitividad. Ésta sería una de las partes menos controvertidas de las propuestas, a pesar de que todos preferirían que fuera más rápida.

Sectores controvertidos

Pega mucho lo ocurrido con el impuesto interno a vinos y espumantes. Técnicamente es imposible para la industria absorber dicho impuesto y causará un daño muy grave por el desconocimiento que los tributaristas tienen del proceso productivo vitivinícola. Pero lo más grave es haber incluido a estos productos entre las “bebidas no saludables”.

Hay infinidad de estudios acerca de los beneficios para salud del consumo moderado de vino: están los antecedentes de la dieta mediterránea, que lo incluye y a “paradoja francesa” como se bautizó el descubrimiento de los beneficios a la salud de los polifenoles del vino, entre ellos el resveratrol.

Por supuesto, la sentencia de Luis Pasteur (“El vino es la más sana e higiénica de las bebidas” siempre ha sido el norte sobre el cual se basó la mística que envuelve la elaboración de esta bebida, que es la única que tiene un proceso biológico activo, es decir, que el vino es un ser vivo.

Otros sectores con problemas están en el área financiera ante el impuesto a a la renta financiera, defendida por la mayoría de la sociedad, pero objetada por quienes dicen que no se puede atacar a los que ahorran, pero es un impuesto existente en la mayoría de los países. El ahorro depende de la confianza en las políticas macro más que en el hecho de pagar impuestos.

La idea de bajar el gasto público es la más compleja, porque el primero que no baja el gasto es el gobierno nacional y ésa es la razón por la que no puede bajar impuestos de forma agresiva sino que lo hace en forma tímida y a 5 años de plazo. Pero, además, pretende que la baja de impuestos comience en las provincias, bajando ingresos brutos, y los gobernadores se resisten porque no quieren que se bajen impuestos coparticipables.

La discusión entre Nación y provincias será la más complicada por todos los aspectos relacionados. A pesar de la ineficiencia, son las provincias las que deben prestar los servicios básicos de educación, salud, seguridad y justicia. Incluye la discusión por la coparticipación, y allí entra el problema del Fondo del Conurbano, que ya podría tener un fallo favorable de la Corte Suprema en beneficio de Buenos Aires.

La reforma laboral

Es no de los temas más ríspidos y sobre los cuales, es probable, se generen las discusiones más grandes. Los gremios saben que están debilitados pero planean resistir algunas iniciativas. El tema más complejo es el cambio de la forma de cálculo de las indemnizaciones por despido. Este rubro, que fue considerado por el sindicalismo como una conquista, ha sido la mayor traba para que los trabajadores avancen en la búsqueda de nuevos horizontes. La mayoría se quedan esperando la indemnización e, incluso, pierden oportunidades de cambiar de trabajo.

Pero este tema se transformó en una industria donde, como siempre, los que más ganan son los abogados. Además, nadie piensa en aquellos que pierden sus trabajos por empresas que cierran o quiebran y nunca pagan las compensaciones por despido.

En esta reforma, el gobierno propone crear fondos sectoriales de desempleo, que funcionen con la misma lógica que ocurre en la industria de la construcción. De esta manera se haría un fondo que dispara sólo en caso de desempleo, pero está disponible si nunca se usa tanto para el trabajador como para sus herederos. El problema surge de modificar la base de cálculo, ya que el gobierno pretende que se haga sobre el salario básico y no sobre los adicionales.

Como esto seguirán surgiendo muchas controversias. Está claro que la resistencia al cambio está presente, pero que los mismos deben ser debatidos. No hay que olvidar que si hay muchas resistencias, los mismos legisladores se verán obligados a no aprobarlos por la presión social. Es una paradoja. Todos quieren mejoría pero haciendo lo mismo y con las mismas herramientas que tenían. Y apoyan los cambios si los hacen los otros.

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