Una fuerte caída a dos días del final lo dejó sin nada en la edición 2015. Durante todo el año se preparó a conciencia para tomarse revancha y lo logró. Julio Quiroga completó con éxito la carrera de 2016 en la posición 66 y tras llegar a la meta anunció su retiro.
“Todos los días fue mi gran motivación haberme quedado el año pasado a dos etapas del final. Lo único que pensaba era en el palo que me había pegado esa vez y que no quería que volviera a suceder. Por suerte todo salió muy bien”, contó a Más Deportes.
Exigencia al máximo. En cuanto a las claves para el logro, Quiroga no dudó en afirmar que el trabajo durante todo el año fue fundamental. “Me entrené y preparé como nunca para volver, correrlo en buen nivel y terminarlo. Me voy muy contento porque hice las cosas bien”, dijo el piloto de la Yamaha nº 133.
Muy fuerte. “Estuve todo el Dakar muy bien. Manejando correctamente y muy fuerte de la cabeza. Me sentí increíble. Lo que más me gustó fue que lo terminé disfrutando y eso ha sido el fruto de mucho esfuerzo”, agregó Quiroga con lágrimas en los ojos.
Con toda la fe a cuestas. Desde el primer día, cuando la carrera se puso en marcha en Tecnópolis, el único mendocino que tomó parte de la caravana en motos, agregó: “Siempre supe que lo iba a terminar. Tenía un objetivo que era venir, correrlo y terminarlo y gracias a Dios no tuve ningún problema mecánico”.
Adiós a las dos ruedas. “Esta carrera la corrí para mí. Lo único que quería era retirarme bien. Ahora me voy a dedicar a trabajar para ver si el año próximo lo puedo correr en camión. Estoy trabajando en un proyecto lindo”, adelantó confirmando que se despide de las dos ruedas. “Fue mi último Dakar en motos. Me voy a dedicar a mi hijo y a los Caimi que lo quieren correr”, dijo.