Suecia, caballitos de madera
Entre los íconos suecos, podemos mencionar a los vikingos, Alfred Nobel y Zlatan Ibrahimovich, entre tantos. Pero hay un souvenir indiscutible. La provincia de Dalarna es conocida como el corazón de Suecia. Allí junto al lago Siljan, se fabrica el símbolo del país, el Caballo de Dalarna, o “Dalahäst”. Es un tallado en madera, generalmente pintado de color rojo y con un decorado en forma de hojas y flores llamado kurbits. Encuentra su origen en los siglos XV y XVI, cuando los leñadores, en las cabañas del interior del bosque, tallaban figuras de madera como juguetes para sus hijos, especialmente caballos, los fieles acompañantes en las tareas rurales. Los primeros no eran pintados pero con el tiempo comenzaron a decorarse con un mismo estilo.
El color debe ser el Rojo Falun, color que visten la mayoría de las casas de Dalarna. Esta pintura en sus orígenes se realizaba con agua, harina, aceite de linaza y residuos de las minas de cobre de la ciudad de Falun. Cada caballo es único y hecho totalmente a mano. Se dice que además trae suerte a quien se le obsequia.Para fabricarlos llegan a participar hasta nueve personas y a que hay pocos lugares autorizados. Uno es la villa de Nusnäs, a orillas del Lago Siljan, donde el Dalahäst es creado por gente que ha aprendido el oficio de generación en generación.
Aceite de dendé, Brasil
Una botellita de aceite de dendé -también llamado "aceite de palma"- es un tesoro para los foodies. Quizá algunos recuerden la novela de Jorge Amado, Doña Flor y sus dos maridos, en la que el aroma del aceite de dendé traspasa las páginas. Se trata del óleo del fruto del dendezeiro, una palmera tropical que, desde África, llegó a Brasil en el siglo XVII junto con los esclavos negros, quienes ya lo conocían desde hacía más de 5.000 años. Se utiliza en frituras y guisos, en la feijoada, mocotó, sarapatel y el acarajé bahiano para volver a la novela. Por supuesto también en la cocción de pescados o mariscos, como la moqueca. Eso sí hay que traerlo en la valija muy bien envuelto y protegido. El precio es súper accesible desde $ 100. Un excelente regalo que además incluye los aromas de Doña flor y de las calles de Bahía, de las moquecas de camarones, por ello ideal es también acompañarlo con un aceite de coco.
Aguayos, Bolivia y Perú
Un aguayo es un tejido muy especial, un rectángulo proveniente del altiplano, de Perú y Bolivia y también del norte argentino. Desde culturas ancestrales se utiliza como abrigo, mochila, cinturón incluso como adorno. Por lo general los aguayos son muy coloridos con franjas de colores que se alternan y con figuras simples de diversas culturas indígenas. El verdadero aguayo es un tejido hilado a mano. Cada mujer tiene su propio telar para el aguayo, que se va pasando de generación en generación y es como un legado, una herencia. Puede ser fabricado con lana de llama, alpaca, u oveja; teñido con colores naturales muy vivos.
En la actualidad el proceso se industrializó relegando a las antiguas técnicas familiares por el trabajo y el costo que implican, pero aún pueden encontrarse estos tesoros en Bolivia y Perú. Luego están los industriales que son más bien mantas de distintos tamaños y calidades.Desde lana a algodón, el precio los diferencia. Los usos, miles desde adornar cómodas o ser pie de cama, hasta llevarlos colgados al cuello.
Azulejos desde Lisboa
La ciudad que sigue al Tajo canta en la Alfama y reza en Los Jerónimos, cuenta con la singular arquitectura revestida de azulejos desde el siglo XV. Verdaderas obras de arte de varios estilos que engalanan las edificaciones. Pues traer a casa las réplicas de aquellos es una buena idea para decorar un ambiente. Los hay de mote árabe o hispano-morisco, con motivos geométricos y de lacerías, que fueron los primeros que llegaban a la urbe por el sur de España, por Sevilla, también con motivos vegetales muy preciados en su época. Posteriormente, con la técnica mayólica posibilitaron la pintura figurativa de gran calidad, y esto los destacó. Luego la azulejería de patrón que repite el motivo hasta el infinito. Ya en el siglo XVII la policromía se había extinguido, reduciéndose al azul y al blanco, signo de Lisboa y sus paredes. Se pueden adquirir de diversos tamaños y motivos en casas especializadas o como souvenirs en las calles.
Páprika, el corazón de Hungría
Pimientos colgados en sus ramas, molidos en diversos envases desde arpillera pasando por metal y en cerámica, se encuentran en todos los escaparates del gran mercado de Pest, como en las cocinas de los hogares y en los restaurantes de uno y otro lado del Danubio. Pues la molienda de esos rojos ramilletes es el souvenir, la páprika. Se destaca la de Kalocsa, una ciudad situada cerca del Danubio, el cultivo de páprika en los alrededores de Szeged, a orillas del río Tisza, también tiene una larga tradición. Ambas zonas son óptimas para el cultivo, secado y posterior molienda resguardando la altísima calidad del producto. Tras levantar los pimientos de la planta los atan en cuerdas en forma de ristras que deben secar al sol. Allí surge el aroma y color singular. El fruto que al principio es de color verde, se va oscureciendo durante el proceso de secado hasta alcanzar una tonalidad de marrón oscuro que al final se transforma en un magnífico rojo brillante. Tras eliminar los pecíolos y las semillas, las vainas rojas y secas se pulverizan en molinos de páprika. Puede ser dulce o picante dependiendo de la variedad. El secreto del goulash es precisamente la páprika.
Vodka, de Rusia con amor
La bebida acompaña a los rusos desde el siglo XII al menos. Las temperaturas gélidas y las grandes distancias solitarias hicieron del vodka una compañía ideal en cualquier momento y en todas las familias. Con el tiempo se incorporó a la vida cotidiana y ya nadie imagina una reunión sin un vasito de vodka o un trago en base a él. Quizá al viajero le sorprenda que la calidad del destilado ruso y su pureza no arroje un fuerte olor a alcohol ni dé resaca, el misterio de las cosas buenas. Beberlo de un sorbo, el desafío, aunque sólo paladares acostumbrados lo pasan. Recordemos que en cuanto a su graduación alcohólica oscila entre el 35% y el 50%, una bomba. Destilado del trigo y el centeno, un vodka ruso renombrado es el Smirnoff. Además, valen la pena el Miskaya Kristall, originario de Bielorrusia, y la marca Khorytsa, de Ucrania.
Búmeran, un hit de Australia
El búmeran o boomerang, es conocido en todo el orbe aunque con diversos diseños. Lo que quizá pocos conozcan es su historia. A saber, no es un juego para lanzarse en la playa ni para que busque el perro. Es un arma de caza antigua y muy efectiva utilizada por los nativos australianos. Y lo genial es que la magia reside en el lanzamiento para que regrese a manos del lanzador. Hechos de madera, plástico, metal o fibra de carbono, algunos de los que hoy se consiguen en formato souvenir ostentan coloridos dibujos aborígenes y constituyen un elemento decorativo bien original para colgar de la pared. Junto con el didgeridoo (instrumento típico australiano), el búmeran es una excelente opción para traer a casa un pedacito de cultura australiana.
Té, China
No hay té tan delicioso y aromático como el chino, donde la tradición incluye una pomposa ceremonia y es un verdadero placer acercarse a ella.Tanto en Pekín, Shanghai, Taipei y Hong Kong, se puede asistir a casa de té muy bien equipadas que representan los rituales y explican la herencia cultural que significa el pequeño recipiente que contiene el té. Por las cualidades de sus cultivos así como la recolección de sus hojas, el secado y las tareas manuales que representan, es un regalo ideal para traer de aquellos lares. En lata o en bolsitas, té verde, el mágico blanco, el rojo o el negro, constituyen un recuerdo gustativo y olfativo de Oriente que vale la pena conservar. Además en cada envase dan expresas instrucciones de cómo prepararlo, servirlo y degustarlo. Tips, para reproducir en casa.
De Bélgica, encaje
Dicen que los primeros encajes que vistieron a las realezas europeas se vieron por primera vez en Flandes en el siglo XV maravillando a los de alta alcurnia por centurias. En la actualidad Brujas es la capital del encaje belga. Se jacta de conservar la práctica intacta, allí lo confeccionan para vestidos pero también para elementos decorativos. La calle Balstraat, que se encuentra en la zona Este de la ciudad pasando el canal de Langerei, es famosa por las tiendas en las que se trabaja de forma artesanal. Pueden verse señoras mayores tejiendo a mano y enseñando el auténtico encaje belga. En esa arteria se encuentra Kantcentrum, el Centro del Encaje, un gran taller que abre sus puertas y muestra la forma de realizar el preciado tejido. Hay demostraciones, un pequeño museo y, por supuesto, una tienda donde comprar regalos.
Escocia, whisky
El whisky escocés o Scotch Whisky es un whisky destilado exclusivamente en Escocia y se puede clasificar en varios tipos: single malt, vatted malto pure malt, blended y single grain. La industria dedicada al brebaje corresponde a cerca del 85% de las exportaciones de alimentos y bebidas de Escocia y casi un 25% de las del Reino Unido. Las máximas de la bebida exigen: debe ser procesado en una destilería escocesa con agua y cebada malteada, a la que se le pueden añadir otros cereales, y que haya sido tratada siendo una harina; convertida en un sustrato fermentable sólo por enzimas endógenas, y ser fermentada sólo por adición de levadura. Sea destilada con un grado de 94,8º de alcohol por volumen, de forma que conserve aún el sabor de los ingredientes de la producción. Que envejezca en barricas de roble en Escocia por al menos tres años. No puede contener otras sustancias añadidas que no sean agua o caramelo como colorante y no pueden ser embotelladas con menos de 40 grados de alcohol por volumen.
