Dicen que la risa puede mejorar la calidad de cada día, que es la mejor obra social y que encima es gratuita, que los argentinos sí saben reír, que al mostrar los dientes se libera el estrés, la angustia, la ira, que disminuye las enfermedades, que reduce el colesterol y hasta que acorta las distancias entre las personas. Muchas razones dan para realizar un acto que es tan humano como llorar. Sonia Spalluto y Ricardo Fernández son los fundadores del Risas Club de Mendoza. Dos expertos en buena onda quienes intentan inculcar además el optimismo.
Ella es actriz, docente y risoterapeuta. El actor, cineasta y productor. Y ambos forman parte de la Fundación Patch Adams M.D. & Gesundheit! Institute. Hace cinco años emprendieron el camino de la risa con talleres, seminarios, jornadas y luego crearon su elenco “Tentempié”. Asesoran a empresas, educan a adultos y niños y van por más. Este año viajarán a México donde esperan aprender y compartir experiencias porque aseguran, ellos se toman la risa y el optimismo muy en serio.
En una charla, internet mediante, cuentan su historia y se animan a hablar de los argentinos. ¿Saben reír? Los expertos dicen que sí y no sólo eso, también explican cómo hacerlo y detallan sus beneficios. Habrá que estimular la risa, una gran cura que alegra a todos por igual.
-¿El argentino es un ser risueño? ¿Y el mendocino?
-“De acuerdo a las últimas estadísticas (2015), los países más felices del mundo y con mayor expectativa de vida, estarían paradójicamente en Latino América: Costa Rica, Colombia, El Salvador, Venezuela, y varios más, Argentina estaría ocupando el lugar 30 y las grandes potencias como EE.UU en el puesto 104...
Para sustentar esta respuesta rescatamos el valioso fragmento con el que coincidimos, del teórico de la risa argentino Mario Satz, quien recuerda que “Argentina fue uno de los pueblos más risueños del planeta, pero esto cambió a finales del siglo XX cuando se comenzaron a usar en “todo el mundo” modos vulgares y crueles para hacer reír dado el “auge de la violencia y el desprecio de la vida humana”. Satz considera que los argentinos debemos “aprender a vivir con la verdad” para recuperar la alegría.
En los talleres de Risoterapia que venimos realizando desde hace unos años, en nuestra provincia, intentamos justamente que el participante recupere su capacidad de humor y juego, enseñándole como primer paso a reírse de sí mismo, a jugar con el ridículo, pero es una tarea que requiere sencillez, apertura, constancia y conocer nuestros defectos y virtudes, es decir un reencuentro con nuestra verdadera identidad. Luego de ese aprendizaje, uno encontrará motivos para reírse toda la vida.
En general, Argentina con tantas particularidades regionales y diferencias climáticas, también se expresa con variables según estas características, dando al pueblo andino una tendencia a la seriedad y la introspección. Los que nos dedicamos al humor, en Mendoza desde cualquier área, sólo debemos insistir más, templando la risa de nuestra gente pero los resultados son siempre fantásticos y gratificantes”.
-Un famoso tango asegura que el que no llora no mama. ¿Cómo sería este refrán aplicado a la risa?
-“Una sonrisa te abre puertas a mejores oportunidades, la risa es la distancia más cortas entre las personas, La risa cura, es la obra social más barata y efectiva del mundo. La risa es un tranquilizante sin efectos secundarios.
Las nuevas tendencias que preparan a las personas para el éxito, nos enseñan que quienes lo consiguen son optimistas, positivos y sonrientes”.
-¿Se trata de impostar la risa? ¿No importa que no sea verdadera?
-“Tanto la risoterapia como otras corrientes que trabajan con la risa proponen diferentes posibilidades para poder soltarla, estas son técnicas respiratorias, abdominales, etc, con las cuales se puede, en una etapa inicial, reír en forma mecánica con sílabas repetitivas que evocan una carcajada pero finalmente, si estos ejercicios se realizan con otras personas, en grupo, hay garantías que en cuestión de momentos la risa estalla en forma verdadera y de manera muy contagiosa, a tal punto que a veces es difícil finalizar el ejercicio. La risa es una forma de comunicación instintiva, contagiosa, estereotipada y de control involuntario que raramente se produce en soledad.
Desde nuestra perspectiva risoterapéutica, es muy importante ir adquiriendo el hábito para que la risa se convierta en parte de nuestra cotidianeidad. En el arte de reír debemos fortalecer nuestra autoestima, desarrollar nuestro optimismo, descubrir nuestras propias habilidades y compartir con otros. Al reír y hacer reír aprovechamos de manera más intensa los beneficios de salud y bienestar”.
-¿En qué mejora la calidad de vida?
-“Desde Risas Club proponemos trabajar la risoterapia con dinámicas para mejorar nuestra “Calidad de día” más que concentrarnos en la idea tan amplia y abrumadora como pensar en cambiar toda nuestra vida. El hacer desde el positivismo, enfocados en el presente nos permite trabajar los miedos y vivenciar de manera más inmediata sensaciones de bienestar, placer, felicidad como la que puede proporcionar la risa y desde ahí, ejercitando el optimismo diariamente se puede mejorar nuestra “Calidad de vida”, en consecuencia nos beneficiamos en todos los aspectos de la salud.
-¿Qué herramienta existe para lograr sonreír a una persona cuando en realidad queremos enojarnos o pelear?
-“El neurobiólogo del comportamiento Robert Provine, afirma que “la risa es un instrumento para cambiar el comportamiento de los demás. En una situación embarazosa, como una disputa, la risa representa un gesto de apaciguamiento, una forma de disminuir la ira y la tensión. Si la otra persona logra contagiarse, se disipa el riesgo de confrontación”
Si estás en un momento de mucho conflicto con otra persona y la ira no te ganó de mano todavía, creemos que podrías intentar respirar profundamente y así quizás esa pausa te permita liberar tensiones pudiendo así sonreírle a tu contrincante a modo de “bandera blanca”. La autoinducción del gesto de sonreír puede mejorar nuestro estado de ánimo rápidamente”.
-¿El optimismo se contagia? Hay quienes aseguran que es mejor ser pesimista porque así cuando algo sale bien nos genera alegría. El optimista en cambio sufre más. ¿Están de acuerdo? ¿Los beneficios de pensar siempre en positivo?
-“El optimismo no se contagia sino que se aprende a través del pensamiento positivo. Desde la Risoterapia creemos que en cada uno de nosotros está instalado todo el abanico de emociones y creencias que nos lleva a ser optimistas o pesimistas. Dependiendo de los pensamientos que uno elija cultivar es el modo en que se manifestará uno de estos rasgos de forma significativa. Es así que si nos conectamos con los pensamientos negativos y damos forma al pesimista que tenemos dentro, no existirá nada que nos genere alegría pues aunque tengamos logros importantes siempre veremos el lado oscuro y lo malo de lo que está sucediendo. Por otro lado ser optimista no significa ser una persona que vive en la irrealidad o un escapista sino que aunque esté en momentos de grandes dificultades, buscará diferentes soluciones de diferentes maneras creativas para cambiar, mitigar o soportar esa realidad. La gran diferencia está en cómo enfrentamos nuestra realidad. Un pesimista justificará con un “así es la vida, el mundo, las personas, etc…”. Un optimista ve en las dificultades, oportunidades. Si nuestros pensamientos son positivos nuestra actitud también será positiva. A partir de los pensamientos positivos podremos permanecer tranquilos enfrentando los problemas, mientras hacemos algo constructivo para llevar a cabo un cambio favorable en nosotros y en nuestro entorno inmediato”.