Como uno de esos ovillos mágicos de las fábulas infantiles a los que nunca se les acababa el hilo, el legado de los Beatles siempre parece tener algo más para dar. Cada año aparece una sesión de estudio perdida, los demos de viejas canciones atesorados en algún cajón, los fragmentos de una filmación, el testimonio de nuevas voces que echan luz sobre momentos de la banda que permanecían en las sombras… La leyenda de los cuatro de Liverpool no ha dejado de reproducirse desde aquel mítico concierto en la terraza del edificio Apple, el 30 de enero de 1969 que pasaría a la historia como el último show que reunió a John, Paul, George y Ringo. Y cada tanto su historia vuelve a ser contada, como si fuera imprescindible recordarle a cada nueva generación la relevancia y el esplendor de la banda más influyente que ha dado la música popular del siglo XX.
Esta tarea ha caído ahora en las manos del mismísimo Peter Jackson. El director de la saga El señor de los anillos, es el responsable de The Beatles: Get Back una serie documental original de Disney+, realizada íntegramente a partir de filmaciones inéditas que nos transporta a las sesiones de grabación de 1969, que revelan tanto la increíble relación creativa que existía entre los cuatro Beatles como también las tensiones que iban a derivar en el final de la banda, apenas pocos meses más tarde. La docuserie de tres partes muestra el proceso interno The Beatles mientras sus miembros intentan escribir 14 canciones nuevas y se preparan para su primer concierto en vivo después de más de dos años.
Para conversar sobre The Beatles: Get Back, Rumbos tuvo el inmenso honor de entrevistar -de forma exclusiva- a Sir Paul McCartney. Y esto es lo que nos contó.
Cuando se enteró de que Peter Jackson iba a hacer un nuevo documental sobre las sesiones del proyecto Get Back, ¿le preocupó lo que podría encontrar?
De alguna forma, yo había comprado el mito de que habían sido sesiones en las que discutíamos y no disfrutábamos de tocar juntos. Y fue un gran placer cuando Peter empezó a decir que a él no le parecía así y comenzó a enviarme estas filmaciones en las que jugábamos mientras tocábamos. Eso se puede ver en la serie y para mí es maravilloso, porque me hace recordar que no fue un mal momento. De hecho, musicalmente fue un gran momento. Así que sí, siento que hubo como una reparación. Se está corrigiendo algo y las personas que pensaban que había sido un período horrible podrán ver lo que pasaba como si hubieran estado allí y darse cuenta de que en realidad la estábamos pasando muy bien.
¿Qué es lo que más disfrutó al ver The Beatles: Get Back?
Creo que es una gran mirada del detrás de escena. Realmente, es como si uno fuera una mosca en la pared mirándolo todo mientras los Beatles trabajan. Está todo ahí y me encanta. Cuando la vi me encantó. Estábamos John y yo, George y yo también. Después George y Ringo. Todos teníamos ese tipo de relación que nos hizo tan fuertes. Cuando al final de la serie yo empiezo a payasear y digo “me llama por teléfono Tuesday, hola, Tuesday”, John se rió y siguió en lo suyo, pero en algún momento levantó el guante y siguió con la broma. Esa era una característica importante de nuestra relación desde niños: si uno empezaba a hacer payasadas, los demás se sumaban. Eso es lo que me encanta: que se ve el sentido del humor y no la sensación de pérdida o arrepentimiento. Me encantó verme allí con la banda otra vez, ver mis interacciones con los muchachos. Principalmente con John, porque se nos ve armonizando juntos y hablando de nuestra música, y eso fue realmente lindo porque siempre se dijo que en esos momentos siempre discutíamos y yo sabía que eso no era verdad, pero me costaba mantener mi versión de la realidad. Al ver el documental uno piensa: “Ah, no, estos muchachos son amigos. Son cuatro amigos tocando en un lugar raro, en Londres, casi riendo por lo imposible que parece todo”. Y eran Los Beatles. Éramos nosotros.
¿Qué sintió en relación al concierto en la terraza? ¿Tuvo algo de especial o dramático al tratarse del último recital que dio la banda en vivo?
Como había pasado miles de veces durante nuestra carrera como banda, ahí estábamos. Cada uno de nosotros sabía exactamente lo que tenía que hacer. Nos entusiasmaba tocar juntos, así que a la cuenta de cuatro empezamos a tocar todos con mucha energía y alegría. Nos encantaba lo que hacíamos. Cada vez que tocábamos juntos, el resto se olvidaba. En el recital en la terraza éramos esos mismos cuatro muchachos que solíamos tocar en clubes sucios de Liverpool, solo que ahora tocábamos en aquella terraza, en un contexto particular. Había pasado muchísima agua debajo del puente, y sin embargo éramos los mismos cuatro muchachos. Siempre nos sentíamos así. Habíamos atravesado muchas experiencias, desde nuestras sesiones en Hamburgo, y los primeros conciertos en Gran Bretaña y Europa hasta la consagración en Estados Unidos. Tocamos tantas veces juntos que siempre era “1, 2, 3, 4 y ¡bang!”.
¿En ese momento eran conscientes del caos que había detrás de escena?
Mientras tocábamos espiamos un par de veces por arriba para ver un poco qué pasaba, pero fue tan rápido que no nos dimos cuenta del todo. Sí podíamos darnos cuenta de que había gente empezando a reunirse abajo. Eso era parte de lo estimulante para nosotros. Era una situación tan ridícula, pero hay que recordar que habíamos pasado por situaciones ridículas durante toda nuestra vida como banda. Por ejemplo, la primera vez que tocamos en Washington la gente nos tiraba caramelos y se nos pegaban los pies al escenario. Hay que tener sentido del humor para pasar por todo eso. Repito, esto era algo parecido: otra situación ridícula. Pero lo que nos iba a salvar era tocar juntos. Se nos ve reír durante el documental. Esa es una de las cosas que quiero decir: cuando te sentís seguro de la persona que está a tu lado, podés darte el lujo de disfrutar y relajarte. Todos disfrutábamos de eso y se puede ver en nuestras actitudes. En términos de lo caótico, lo único que supimos de primera mano fue cuando llegó la policía a la terraza. Pero bueno, sabíamos que existía ese riesgo: alguien había dicho: “Oigan, si tocan en la terraza seguramente estarán cometiendo alguna clase de infracción por ruidos molestos”.
Hay momentos en el documental en los que las cosas se ponen difíciles, pero también hay momentos en los que podemos ver a Los Beatles escribiendo canciones juntos, disfrutando mucho…
Todas las familias tienen sus momentos de desacuerdo, de eso se trata ser una familia. Y nuestro grupo era una familia de cuatro, así que es natural que a veces uno de nosotros no estuviera de acuerdo con otro. Pero teníamos algunas reglas básicas. Por ejemplo, si yo proponía una canción, había como un acuerdo tácito de que podría sugerir los arreglos y cómo tocarla. Éramos una democracia. Los cuatro teníamos que estar de acuerdo o no se hacía. Así que normalmente había debates. A veces alguien se molestaba, a veces alguien se enojaba con el resto. Se puede ver a George un par de veces diciendo, “bueno, si no querés que toque…” y eso se parece mucho a una discusión familiar. Después de eso hubo un período en el que me cuestioné si había presionado demasiado o si no era comprensivo con algunas cosas. Pero ver esa secuencia breve con Yoko es fantástico, porque de repente me di cuenta: “Ok, John está loco y lo amamos por eso. John se enamoró de esta mujer y quiere que esté en el estudio sentada a su lado, o recostada en una cama en el estudio mientras grabamos”. Era algo que no había pasado antes, así que era un shock. La familia estaba un poco sorprendida, pero había que lidiar con ello. De repente entendí que se trataba de eso: John se había enamorado de esta muchacha y, loco como era, iba a querer que ella estuviera a su lado mientras grabábamos. Podía no necesariamente ser lo correcto, pero ella no interfería con la música, y si hacía sentir mejor a John, eso era algo que teníamos que comprender. Me alegra que esto se vea en la película, porque me ayudó a entenderlo. Me alegra que Peter haya incluido las pequeñas discusiones, porque si no hubiera parecido que la idea era mostrar una situación ideal. Y la intención es que fuera totalmente realista. Todas las personas que conozco que vieron la serie dijeron que es fantástico ver esa especie de intimidad. Es como una entrada gratis para estar en el estudio, con Los Beatles, donde todo sucedió. •
Por Disney+, un episodio estreno cada día: 25, 26 y 27 de noviembre.