Dejando de lado al español y muy veraniego gazpacho, las sopas son un placer asociado mayormente con los meses fríos. En cada casa hay una receta favorita, desde los clásicos caldos de pollo o bandejitas de verduras hasta las cremas de todo tipo. Pero el universo de las sopas es realmente enorme. Para animarse a preparar y probar mientras los termómetros sigan bajos, acá compartimos algunas ideas de sopas que están asociadas a nuevas tendencias culinarias o que forman parte de tradiciones milenarias.
Ramen, la estrella oriental
Hay una sopa que se ha vuelto todo un fenómeno en los últimos años. Se trata del ramen japonés, un plato maravilloso que tiene infinidad de versiones en buena parte de los países de Asia. El denominador común es la presencia de fideos, vegetales y diferentes proteínas (carne, pollo, tofu). Y el secreto está en el caldo, elaborado con cerdo y/o pollo, jengibre, puerro y zanahoria, al que se le suma una salsa de soja saborizada. El cuenco se llena con fideos, caldo, la salsa, y vegetales como repollo, brotes de soja, tiritas de zanahoria y rebanadas finas del cerdo que utilizamos en el caldo. Más un huevo semi-duro, marinado en salsa de soja.
Nuevas cremas
El boom de los nuevos tipos de leches y cremas -soja, almendra, coco, castañas de cajú, arroz- ofrece todo un nuevo mundo para los amantes de las sopas que buscan escaparle a los productos de origen animal. Una excelente y muy sencilla opción 100% vegetariana es una sopa de calabazas, espesada con un creamer de almendra, que además le da un toque de sabor muy particular: Ingredientes: calabaza, tomate, cebolla, ajo, sal, pimienta y un chorrito de aceite de oliva extra virgen. Se saltean los vegetales cinco minutos y luego se le agrega agua o caldo. Una pasada de minpimer y la crema de almendra antes de servir.
El color del borsch
Plato icónico de la gastronomía rusa, el borsch es también la sopa más tradicional de muchos otros países de Europa central, como Ucrania y Polonia. Es una sopa deliciosa y calórica, en la que se le da salida al repollo colorado y a las remolachas, que son su ingrediente principal y de donde viene su color tan característico. Un borsch clásico lleva vegetales como remolacha, zanahoria, papa, apio, tomate, repollo colorado, cebolla y ajo y se condimenta con laurel, vinagre, comino, eneldo, azúcar, sal y pimienta. En la receta original, se culmina con una buena cucharada de crema agria, que se puede reemplazar con crema de leche común.
Cebollas a la francesa
Si nunca la preparaste, no deberías pasar de este invierno: la sopa de cebollas a la francesa es probablemente la sopa más famosa del mundo. Una maravilla que puede ser perfectamente el plato único de un almuerzo o cena. El secreto de su potencia está en la untuosidad y en las tostadas con queso gratinado que la coronan. En una cazuela se saltan cebollas con manteca hasta que están bien pero bien doradas, se le suma ajo y un poco de harina para espesar. Luego, un chorro generoso de vino blanco y caldo de pollo. Sal, pimienta y laurel. Y unas rodajas anchitas de pan con queso gruyere gratinado al servirla. ¡Voilá!