A esta altura del año recibo cientos de mensajes con la misma consulta: ¿Cuál es el césped apto para mi jardín? Procurando dar un pantallazo al tema y ser sincero, les cuento que no existe un único césped “soñado”, que cumpla con todas las condiciones para crecer todo el año y en todas las regiones. Por el contrario, cada rincón del país tiene sus variedades favoritas, según sus condiciones de suelo, clima e insolación.
Veamos algunos ejemplos... Para las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Corrientes, Salta y Tucumán, la bermuda es una excelente opción cuando necesitamos cubrir zonas soleadas del jardín; mientras que la grama bahiana funciona muy bien en áreas de sombra de esta misma región.
En Córdoba, Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja, San Juan, San Luis y Mendoza, la bermuda Tifway funciona perfecto en lugares soleados y con un poco de riego adicional; mientras que para sombra con agua adicional, sirve el pasto San Agustín. En Mar del plata y Trelew puede dar excelente resultado una mezcla de festuca arundinacea y poa pratensis.
TIPS POR REGIONES
Norte + Pimpollos de Hibiscos
Una vez que se hayan formados los pimpollos de Hibiscos (también conocidas como rosa china o flor del beso), solo tendrás que regar cuando el suelo esté seco. Tené en cuenta que si regás de más, los pimpollos caerán y la planta abortará la floración.
Centro + Mosca de la fruta
Apenas comienzan a tomar color las frutas de damasco, durazno y ciruelos, vas a notar que se produce el pico de agresión de la mosca de la fruta, que con sus huevos transformados en gusanos pudrirá los frutos. Prestá atención al cambio de color y, apenas ocurra, comenzá a fumigar bajo las indicaciones de un ingeniero agrónomo.
Patagonia + Cerezas delicadas
Ojo con las hormigas en los cerezos. En este período delicado, en que los frutos están recién cuajados, tus plantas necesitan disponer de sus hojas en plenitud más que nunca, por lo que un ataque intenso de hormigas podría devastarlas.
CARTAS DE LECTORES
Paula Bazán, de Córdoba capital, tiene en su patio un naranjo y un mandarino añosos que siempre dan frutos riquísimos. Pero esta última primavera no florecieron (apenas tuvieron una o dos flores), por lo que no han nacido nuevos frutos y supone que no tendrá naranjas y mandarinas el próximo invierno. Consulta el motivo de esto y si están en riesgo sus demás árboles.
Grimoldi: Paula, para que existan frutas siempre tienen que haber previamente flores, ya que estos surgen una vez que ellas han sido polinizadas. Las causas de la caída prematura de las flores pueden ser varias: en plantas muy viejas, que han agotado el suelo, podría tratarse de una deficiencia de fósforo o potasio; en ambos casos sugiero enmendar el suelo –debajo de las ramas y lejos del tronco– con un preparado a base de lombricompuesto y algunas paladas (no más de tres por árbol) de ceniza de madera de alguna estufa o salamandra.
Graciela, de Mar del Plata, tiene un palo de agua (Dracena Fragans) de tres décadas que últimamente ha perdido varias hojas, que antes se fueron secando desde abajo. Además, la planta crece cada vez más alta y teme tener que cortarla algún día, ya que casi llega al techo.
Grimoldi: Graciela, por lo que veo en la fotografía su palo de agua sufre porque a la altura del techo a donde llega, la planta no obtiene luz intensa pero sí calor del calefactor, que sube y se acumula en ese sector alto... Por eso se secan las hojas: por falta de luz y de humedad ambiente. Le recomiendo cortar el palo de agua a una altura que reciba buena luz y evite tanto aire seco en el ambiente. Para cortarlo, elija la altura deseada, corte la mitad del tronco con un serrucho y coloque en la herida del corte una cucharita plástica de helados para evitar que selle: la savia seguirá circulando por la mitad del tronco sano, un año más tarde por debajo del corte se habrá formado un brote nuevo. Cuando este tenga un largo de unos 5 cm, termine de cortar la mitad del tronco que no cortó el año anterior, y con ese brote nuevo la planta reanudará su crecimiento.
Alejandra Frolo envía fotografías de un limonero con cochinillas en el tronco y cuenta que utilizó agua y jabón, pero no le dio resultado.
Grimoldi: Alejandra, lo primero que te sugiero es pasar un cepillo por el tronco y verificar que las cochinillas estén vivas. Si el tratamiento con agua y jabón blanco estuvo bien aplicado, deberían estar muertas, aunque queden adheridas al tronco. Si notás que salen fácilmente con un cepillo, quedate tranquila, que está curado el árbol: por el contrario, si están vivas, jugosas y fuertemente adheridas, vas a tener que rociar nuevamente la planta con el preparado de 3 cucharadas soperas de ralladura de jabón blanco disueltas en 2 litros de agua, y repitir el rociado en cuatro oportunidades y con un intervalo de siete días entre cada aplicación. Si no respetás las cuatro aplicaciones con esta frecuencia, nunca eliminarás la cochinillas.
* Guillermo Grimoldi es el especialista en Jardinería de Rumbos. Contenido especial para revista Rumbos.