Por múltiples razones, los quesos y leches veganos ganan cada vez más adeptos. Las principales tienen que ver con la intolerancia a la lactosa y el cuidado del medioambiente, pero además hay quienes los eligen porque son fáciles de preparar, económicos y muy nutritivos. “Las leches vegetales aportan muchísimo calcio, vitaminas y minerales. La de sésamo, por ejemplo, es baja en grasas saturadas y calorías, es fuente de vitamina E y aporta omega 3”, comenta al respecto Mar Vegan, coordinadora de Cocina Vegana en la Escuela de Arte Gastronómico.
Cuenta que, sea cual fuere el vegetal del cual se parta (cereales, legumbres, frutos secos o semillas), el proceso para hacer leche es el mismo: lavado del grano, activación o remojo, licuado y filtrado (lo que queda en el filtro o bagazo sirve para hacer dips y quesos rallados). “Podemos preparar leche de nuez, almendra, mijo, quinoa, arroz, avena, coco, soja, semillas de calabaza, girasol, sésamo, maní, cajú... Mi preferida es la de girasol. Es deliciosa y aporta cremosidad a los platos”, asegura la especialista.
Es muy fácil la receta de la leche de girasol, primero tenes que remojar media taza de semillas de girasol durante dos horas. Después escurrir el agua (¡sirve para regar las plantas!) y licuar las semillas con una pizca de sal y media taza de agua. Si la licuadora es potente no hace falta filtrar, si no, pasar por un filtro y envasar. Las leches veganas se conservan en heladera entre tres y cuatro días.
Otra receta sencilla y muy rica es la del queso untable. Para esto hay que licuar media taza de semillas de girasol –previamente activadas y escurridas– con dos cucharadas de aceite de oliva, dos cucharadas de levadura nutricional, una cucharadita de sal, una cucharadita de cúrcuma y una pizca de pimienta. Agregar agua de a poco hasta lograr una consistencia tipo untable y firme. Se conserva refrigerado hasta una semana. Más recetas en Instagram @mar.vegan y en www.marvegan.com