Dentro de las industrias más contaminantes sin dudas se encuentra la de la moda. Con los años surgió el fast fashion, un negocio que a muchas firmas internacionales les funciona muy bien, en el cual se producen varias colecciones al año. Generalmente se asocia a esta modalidad con las grandes tiendas que venden prendas a bajo costo, pero varias marcas de ropa lujosa se sumaron con la producción de colecciones ready-to-wear, es decir listas para llevar.
Sin embargo este último tiempo empezó a haber por parte de los usuarios mayor conciencia sobre la contaminación ambiental la cual lleva a replantearse las formas en que consumimos. Varios diseñadores, también preocupados por esta situación, empezaron a reinventarse o a buscar la forma de empezar proyectos sustentables y donde se respete a los trabajadores y no se los explote ni a ellos ni al ambiente. Argentina cuenta con muchas mentes creativas con ideas únicas e innovadoras que no dejan de sorprender y son reconocidas internacionalmente.
En 2018 se fundó en nuestro país AMSOAR (Asociación Moda Sostenible Argentina) por la diseñadora Alejandra Gougy. El objetivo de esta es generar una red de contención para productores y proveedores con proyectos que se encuentren dentro del paradigma de la sostenibilidad. Otro de sus objetivos también es generar conciencia entre los consumidores y esto lo hacen mediante talleres, seminarios, charlas y eventos que propongan acciones y reflexiones desde los valores sobre los cuales se basa la sostenibilidad.
Desde nuestro lugar como consumidores de moda tenemos varias formas de colaborar a la sustentabilidad. Una de ellas es comprar ropa usada, podés encontrar muchas prendas vintage únicas y a muy buenos precios. También podés optar por comprar prendas atemporales, es decir clásicas y que puedas usar todo el año y así consumir menos. Sin dudas otra forma es consumir moda sustentable, apoyando a marcas y diseñadores comprometidos con el ambiente o colaborando con ellos mediante el reciclaje o con donaciones.
Prendas de reciclaje
Jualiana García Bello una de las mentes brillantes dentro del mundo del diseño, oriunda de nuestro país, comprometida con el ambiente y creadora de la marca García Bello. Desde chica supo involucrarse en actividades ecológicas, teniendo conciencia de la importancia de cuidar la naturaleza. En parte este instinto surgió en su ciudad natal en Tierra del Fuego, donde el constante contacto con la naturaleza la marcó.
Fundó la marca junto a su abuela en el año 2017 y el año pasado presentó una colección ganadora llamada Herencia en el Redress Design Award, que tuvo lugar en Hong Kong, la cual es una de las competencias de diseño de moda sostenible más grande del mundo. García Bello crea prendas sustentables a través del upcycling o suprareciclaje, este consiste en tomar productos o materiales desechables para generar con ellos productos y materiales de mayor calidad. Las prendas de la marca llevan mucho tiempo de producción y son hechas mayormente a mano, es por esto que el stock suele ser limitado. Además de ser prendas de calidad, García Bello busca que sean atemporales, de un estilo minimalista, cómodas y además sin género.
Biodiseño: moda y ciencia
Verónica Bergottini llevó el biodiseño a otro nivel y creó su propio material biodegradable de origen microbiano. Es creado a partir de la yerba mate y lo llamó TILEX, nombre que deriva de su origen, Tela de Ilex paraguariensis (Yerba Mate). El material tiene una textura que puede parecer similar a un cuero fino o al papel y ya fue reconocido por la Parson’s Design School de NY, Vogue Italia y Tech Fashion Week de Nueva York.
Sus conocimientos en genética y biología le dieron las herramientas para poder crearlo combinando dos pasiones, el diseño y la ciencia, junto a su preocupación por cuidar el medioambiente ya que el TILEX es biodegradable, compostable y se produce con residuos agroindustriales. Verónica Bergottini también creó su propia marca, Karu Biodiseño, donde se venden todo tipo de prendas y accesorios elaborados con este material. Uno de sus próximos objetivos es lograr que los productos hechos con este biomaterial sean más duraderos, ya duran entre 9 meses y un año dependiendo su uso y su cuidado.
Compromiso social y ambiental
Jessica Pullo es la fundadora de Biótico, un proyecto sostenible de moda ética y lujo sostenible producidos con residuos. Luego de recibirse de la carrera de diseño de indumentaria comenzó a buscar la forma de generar un cambio dentro de un sistema que define como esclavista y contaminante. Es así como, no solo decidió generar un impacto ambiental positivo a través de su marca Biótico, sino también social.
La marca ofrece prendas y accesorios producidos con residuos domésticos y de otras industrias. Los materiales se preparan y se trabajan para lograr un textil 100 % reciclado de forma artesanal y con herramientas digitales. Parte de este trabajo se les asigna a los miembros de la Asociación Laboral para Adultos con Discapacidad Intelectual (Alpad) con el objetivo de insertarlos al mundo laboral con las remuneraciones correspondientes.
Pullo explica que muchos consumidores comparan los precios de una prenda sostenible de una que no lo es, sin tener en cuenta que la producción limpia tiene un costo más elevado porque no está esclavizando al trabajador, ni depredando el ambiente y ahí es donde reside la valoración que todavía debe empezar a surgir desde el consumo consciente. Biótico cuenta con una tienda online, donde podés encontrar productos atemporales de estilo minimalista y calidad.
Diseños plantables
Sabrina Uzal, fundadora de la marca Uzal, llevó su imaginación de lo sustentable a otro nivel. La base principal de su marca es la circularidad, en la cual la idea es crear prendas con elementos de la naturaleza y que estos luego vuelvan a ella, mediante la biodegradación y generando vida en la tierra.
Fue su proyecto final de la carrera de diseño el que la llevó a analizar y replantearse sobre el impacto de la industria textil en el medio ambiente. De esta forma decidió crear prendas que en 50 años no sean desechos, y comenzó a investigar sobre materialidades nobles biodegradables. Todas las prendas están confeccionadas con textiles de producción propia a base de algodón y lana, luego se les agrega un fieltro con semillas que quedan alojadas en su interior con el objetivo de que terminen en la tierra cuando la prenda sea desechada. Uzal busca producir una moldería “cero-waste”, es decir generar la menor cantidad de residuos, creando prendas minimalistas y geométricas ya que ayudan mucho porque se pueden generar distintos anclajes en el cuerpo sin casi desperdiciar material.