Muchos de los looks destacados, originales y que transmiten una sensación de armonía visual siguen una regla muy potente del asesoramiento de imagen y la moda: la incorporación de la llamada prenda acento.
Así se conoce este recurso que crea un foco de atención único sobre prendas básicas y logra que la mirada externa quede centralizada donde buscamos y deseamos.
En la práctica esto se traduce en equipos actualizados con la tendencias de temporada, más creativos, personales y a tono para momentos u ocasiones determinadas.
Otros beneficios
• La utilización de este concepto es una buena manera de remarcar el estilo que queremos transmitir o de una impronta determinada.
• Permite renovar fácilmente el vestuario.
• Suma una alternativa para mostrarse como alguien que “se anima a más con respecto a su imagen personal”. Esto subliminalmente es tomado por nuestros interlocutores como un rasgo de mayor autoconfianza.
• Permite darle nuevos usos a los conjuntos que conforman el llamado fondo de placard, algo así como el stock de ropa básica, comodín, atemporal y salvadora. El trajecito o el vestido negro son los ejemplos paradigmáticos de este tipo de alternativas con máximo poder de transformación. Al incorporar nuevas combinaciones, se pone en marcha su versatilidad y ya no queda ropa flamante colgada en el vestidor o acomodada en un estante.
• Es un método eficiente para resolver rápidamente y con pocas prendas conjuntos diferentes.
¿Qué prenda acento elegir?
Las alternativas que se adaptan a este criterio son infinitas. Para elegir las acertadas, una buena opción es analizar y evaluar el estilo propio o que se quiera alcanzar en el caso de querer incorporar un cambio o ante nuevas situaciones que requieran la renovación del look.
• Un kimono hasta los pies, una chaqueta con algo de brillo, un spolverino con un estampado étnico, una blusa con un estampado abstracto darán una estética boho o hippie chic, desestructurada y creativa a la vez.
• Las camisas o blusas en tonos en la gama del pastel, con motivos tenues o géneros etéreos y vaporosos remitirán a la sutileza.
• Un blazer de líneas bien net y estructuradas, un pantalón sastre ancho, una falda con tablas de un largo a media pierna o un jean tipo baggy pueden ser detalles modernos y de diseño. Otras opciones que están dentro del mismo segmento son las líneas tipo sastre reversionadas o con texturas no tan convencionales.
• Para acentuar una huella sexy o sensual, las prendas superiores con brillos y algo de transparencias son una apuesta segura. También el animal print tiene ese poder.
Cómo incorporarlas
Hay varios consejos que ayudan a resaltar un conjunto con una prenda acento.
• Un buen punto de partida es que contrasten o complementen el resto de la vestimenta.
• Elegirlas para la zona del cuerpo que se busque resaltar o que estará a la vista en esa ocasión. Un pantalón, una falda o unos zapatos llamativos cumplen el rol de prendas acento. Pero, en tiempos de videollamadas, el centro de la escena lo ocupan las prendas superiores. Algo similar sucede en cenas o eventos en los que estaremos gran parte del tiempo alrededor de la mesa.
• El color cumple perfectamente la misión de acaparar las miradas. La propuesta será probar aquellos que agreguen luminosidad a la piel y los rasgos. También en los tonos que a cada una hagan sentir más revitalizadas si toca enfrentar un largo día laboral; o en versión zen, para un momento de relax.
Una buena prenda acento evita la monotonía de vernos siempre iguales, permite jugar con la moda y animarnos a incorporar elementos disruptivos. Vale la pena probarlos y aprovechar sus beneficios.