Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportados en diciembre de 2023, los accidentes de tránsito resultan en aproximadamente 1,19 millones de fallecimientos anuales, de los cuales 20 y 50 millones de personas sufren traumatismos no mortales, pudiendo quedar con alguna discapacidad permanente.
Estos accidentes, trágicamente, son la principal causa de mortalidad entre niños y jóvenes de 5 a 29 años, generando no sólo pérdidas humanas sino también considerables impactos económicos para individuos, familias y países en su conjunto.
“Uno de los principales factores contribuyentes a los accidentes es el uso del teléfono celular mientras se conduce. Aunque esta tecnología ha mejorado la comunicación, su uso inadecuado al volante representa un grave problema”, menciona la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC. y agrega: “El teléfono celular se ha convertido en una herramienta esencial en nuestras vidas, pero debemos ser conscientes de los peligros que conlleva su uso irresponsable mientras conducimos. Un minuto de distracción puede cambiar nuestras vidas de manera irreversible”.
Es importante destacar que la solución no radica simplemente en el uso de dispositivos “manos libres”. La ley de tránsito prohíbe su uso durante la conducción, ya que la verdadera clave es mantener la “mente libre” de distracciones mientras se está al volante.
Diversos estudios respaldan la afirmación de que el uso del teléfono móvil multiplica por 4 el riesgo de sufrir accidentes. La Dra. El Haj enfatiza que hablar por teléfono, incluso con manos libres, afecta significativamente la concentración, la atención y los tiempos de reacción, equiparándose en peligro a la conducción con exceso de alcohol en sangre.
En línea con los objetivos de la OMS, se busca la reducción de las muertes y las lesiones debidas a accidentes de tránsito en al menos un 50% para el año 2030. En este sentido, es fundamental concientizar a la comunidad a adoptar conductas responsables en la carretera y a priorizar la seguridad vial.