¿Cómo afecta el invierno a la enfermedad de ojo seco?

Los especialistas de la Cámara de Medicina Oftalmológica (CAMEOF) advierten que las bajas temperaturas, el viento y la calefacciones en interiores son factores que pueden perjudicar la salud ocular y provocar o acrecentar la sensación de ojo seco, un problema que afecta a más de 2000 millones de personas en todo el mundo.

¿Cómo afecta el invierno a la enfermedad de ojo seco?

La vista es el sentido más desarrollado que tenemos, esto se debe a que el 80% de la información que nuestro cerebro recibe es visual; de ahí que mantener una buena salud ocular sea fundamental para todos los aspectos de la vida de un individuo.

Un alto porcentaje de los pacientes que acuden a la consulta oftalmológica presentan signos y síntomas de ojo seco. Pero ¿Cómo cuidar los ojos en invierno?

¿Cómo cuidar los ojos en invierno?

Los factores ambientales pueden agravar problemas ya latentes como el ojo seco. Para prevenirlo, el doctor Omar López Mato, miembro de la CAMEOF, nos da algunos consejos.

En invierno protegemos nuestro cuerpo para no sentir frío. Pero, rara vez, nos fijamos en los ojos. Las consecuencias no se hacen esperar: el frío puede llegar a resecar la membrana mucosa que cubre el globo ocular y la córnea. Cuando esto sucede, y como consecuencia de esa reducción de la lágrima, el ojo se seca. El resultado es una patología que denominamos “ojo seco”.

“En los últimos 30 años, el cuadro de ojo seco se convirtió en una afección cada vez más frecuente. Un alto porcentaje de los pacientes que acuden a la consulta oftalmológica presentan signos y síntomas de ojo seco y muchos de ellos la desarrollan”, sostiene el miembro de la CAMEOF.

Se trata de una afección multifactorial, compleja y crónica de la superficie ocular que produce molestias, cansancio visual, irritación por la incapacidad de mantener una capa de lágrimas suficientes para lubricar la córnea, que puede obedecer a causas banales en muchos casos o ser los síntomas de enfermedades graves.

El doctor Omar López Mato sostiene que, para proteger nuestra visión de las temperaturas de invierno, las lágrimas artificiales para hidratar la superficie del ojo pueden ayudar mucho. También, pestañear de una forma regular y evitar los ambientes cerrados y excesivamente secos.

“Consultar con los especialistas y evitar la automedicación sigue siendo la forma idónea para evitar complicaciones y determinar cuál es el tratamiento ideal para su forma particular de ojo seco”, remarca el especialista.

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