Todos los años, cuando comienza a hacer más calor, la mayoría de las personas aprovecha el clima agradable para realizar más actividades, especialmente al aire libre. Existen ciertos aspectos preventivos a los que debemos prestar atención para poder disfrutar a pleno del verano, sin correr riesgos o sufrir daños.
El agotamiento por calor y el golpe de calor son algunas de las patologías que se relacionan con las altas temperaturas.
Los signos y síntomas más frecuentes son: temperatura corporal de 40°C o mayor, falta de sudoración, calambres o debilidad muscular, vómito o náuseas, disminución del rendimiento, alteraciones del estado de consciencia con pérdidas del sentido (alucinaciones, somnolencia o dificultad para articular o comprender el habla), hiperventilación y taquicardias.
“La exposición al calor incrementa el funcionamiento del corazón para tratar de refrescar al cuerpo generando taquicardias y puede llegar a generar lesiones en el mismo, riñones, hígado y pulmones”, explica la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC. Y agrega que: “Cuando el calor es extremo, el cuerpo no puede enfriarse adecuadamente mediante el sudor e incluso puede llegar a dañar algunos órganos vitales de forma transitoria o permanente, de allí que su identificación y tratamiento serán de suma importancia”.
Algunos factores de riesgo que pueden agravar el cuadro conocido como “golpe de calor” son los siguientes: la obesidad, la fiebre, la deshidratación, las quemaduras ocasionadas por el sol, las enfermedades cardiacas, mentales y el consumo de alcohol.
“Las personas mayores, los niños y los pacientes con patologías preexistentes son más susceptibles a padecer complicaciones por las altas temperaturas. Sin embargo, el calor puede afectar a cualquier persona si se expone por un tiempo prolongado al sol o realiza actividades físicas intensas sin prevención”, desarrolla El Haj.
¿Cómo podemos cuidar nuestra salud?
Para cuidar nuestra salud y mantener una temperatura corporal equilibrada durante los días húmedos y/o con temperaturas elevadas, podemos adoptar las siguientes medidas:
- Usar ropa holgada, clara y liviana: usar demasiada ropa, oscura, gruesa, muy ceñida no permite el enfriamiento necesario del cuerpo.
- Protegerse contra las quemaduras solares: se recomienda protegerse del sol con sombrero o gorra de ala ancha, gafas de sol, ropa cubritiva y protector solar con factor de protección mayor a 30 FPS mientras se está al aire libre, aplicándolo generosamente cada dos horas o luego de nadar o sudar. Las personas con piel demasiado blanca deben usar pantalla total.
- Beber abundante líquido: se recomienda tomar líquido cada 30 minutos, aunque no se tenga sed, y cada 10 minutos mientras se realiza actividad física con calor, evitando las bebidas con mucha cafeína o azúcar, muy frías o calientes. Es importante asegurarnos de que el agua sea segura, preservada en botellas limpias y frías. En el caso de los bebés, se recomienda aumentar la frecuencia de la lactancia.
- Evitar la permanencia prolongada en vehículos estacionados al sol: la temperatura y la humedad dentro del automóvil se elevan muy rápido.
- Reducir la actividad durante los momentos más calurosos del día: evitar las actividades extenuantes, aumentar la hidratación y descansar en lugares frescos al mediodía. Se sugiere programar actividades por la mañana temprano, o a la tarde/noche.
- Aclimatarse: al viajar a una zona calurosa en verano, se debe limitar el tiempo de trabajo o ejercicio los primeros días, hasta aclimatarse. El cuerpo puede tardar varias semanas en adaptarse al calor.
- Aumentar los cuidados si hay factores de riesgo preexistentes: si se tiene una enfermedad u otros factores de riesgo se deben tener mayores precauciones y asegurarse que haya servicios de emergencia cerca del lugar a donde se vaya.
Por último, la profesional destaca que existen otros cuadros que se asocian a las altas temperaturas o exposición al sol, tales como: el fotoenvejecimiento, el daño retiniano solar, el cáncer de piel, el sofocamiento por calor e insolación, la deshidratación leve y los calambres por sudoración excesiva.