Este pequeño mosquito, reconocible por sus manchas blancas en el cuerpo y las patas, tiene un promedio de vida de 25 a 30 días, durante los cuales puede transmitir el virus. El contagio solo se produce por la picadura de los mosquitos infectados, nunca de una persona a otra, ni a través de objetos o de la leche materna.
“El virus, una vez que ingresa al organismo, permanece aproximadamente 24 hs antes de que comiencen los síntomas y continúa en el organismo por un lapso aproximado de 5 a 7 días” explica la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC.
Los síntomas del Dengue pueden ser severos e incluyen fiebre, dolores musculares, dolor detrás de los ojos, dolor de cabeza, aparición de manchas en la piel, cansancio extremo, y en algunos casos, sangrado de encías o nariz. La enfermedad se presenta en dos fases, la aguda y la post-viral, esta última caracterizada por cansancio persistente y fatiga muscular. En casos graves, puede provocar dificultades respiratorias y daño a órganos importantes.
“Ante la presencia de síntomas es fundamental no automedicarse (no tomar aspirinas, ibuprofeno, ni aplicarse medicamentos inyectables) y realizar una rápida consulta al centro de salud más cercano. Luego de haber recibido el diagnóstico, es importante seguir las indicaciones del personal de salud, tomar abundante agua, hacer reposo, usar repelente y asistir a las consultas de seguimiento y control”, menciona la Dra. El Haj
La enfermedad se divide en dos fases, siendo la primera llamada aguda y donde los síntomas son más intensos, luego sigue la post viral, la cual se caracteriza por la persistencia de cansancio, fatiga muscular y donde puede observarse alteraciones del sueño. Desafortunadamente, esta patología puede evolucionar a formas graves que se caracterizan por dificultad para respirar y daño grave de órganos.
Durante la evolución de esta enfermedad, el organismo produce anticuerpos en respuesta a la presencia de un antígeno, que es el agente externo que ingresa al organismo. Estos anticuerpos se dividen en dos tipos principales: IgM e IgG. Los anticuerpos IgM indican una infección aguda (reciente) y su período de detección abarca desde el quinto día de inicio de los síntomas hasta aproximadamente las 12 semanas. Por otro lado, los anticuerpos IgG, que señalan una enfermedad pasada, comienzan a producirse a partir de la segunda o tercera semana desde el inicio de los síntomas y pueden detectarse durante toda la vida.
Es esencial destacar que la prevención y el control se centran en eliminar los criaderos de mosquitos, ya que la fumigación por sí sola no es suficiente y seguir acciones para la prevención:
● Eliminar o dar vuelta objetos y recipientes que puedan acumular agua, realizando un cepillado de las superficies.
● Cambiar el agua de bebederos de animales, colectores de desagües de aire acondicionado o lluvia, dentro y fuera de la casa.
● Mantener los patios limpios y ordenados y los jardines desmalezados.
● Limpiar canaletas y desagües de lluvia de los techos.
● Usar repelentes tanto personales como domésticos.
● Colocar mosquiteros en puertas y ventanas, y cuando sea posible usar ventiladores o aire acondicionado en las habitaciones.
● Proteger cunas y cochecitos de bebes con telas mosquiteras.
● Utilizar ropa que cubra los brazos y las piernas, especialmente durante las actividades al aire libre.
“Es sumamente importante que toda la comunidad tome medidas de manera responsable para evitar la propagación del dengue y garantizar la salud de todos. La prevención es nuestra mejor defensa contra esta enfermedad”, concluye la Dra. El Haj.