La Organización Mundial de la Salud (OMS) busca concientizar sobre la enfermedad de Chagas y el sufrimiento que causa, así como también lograr que todas las personas afectadas por esta enfermedad tengan un acceso equitativo e integral a los servicios y atención de salud que necesitan. Según datos del 2021, se calcula que en el mundo hay entre 6 y 7 millones de personas infectadas.
La enfermedad de Chagas se encuentra principalmente en América Latina, donde es endémica. Y dentro de las enfermedades que más preocupan en la región, esta afección ha escalado al tercer lugar detrás del SIDA y la tuberculosis. A su vez, en las últimas décadas se ha observado un aumento en la cantidad de casos en Estados Unidos, Canadá, muchos países europeos y algunos del Pacífico Occidental, debido especialmente a la movilidad de la población.
“Esta enfermedad que no suele presentar síntomas, afecta a unos 6 millones de personas y causa anualmente 12.000 defunciones en la región de Latinoamérica, resultando una amenaza para millones de personas que corren riesgo de contraerla”, afirma la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC. Y agrega que: “En nuestro país, se calculan 2 millones de infectados y un 30% de ellos podrían presentar alteraciones cardíacas de distinto grado a lo largo de su vida”.
Asimismo, frente a esta endemia, una de las preocupaciones principales del Ministerio de Salud de la Nación, es que la mayor cantidad de nuevos casos se produce antes de los 14 años, y sobre todo en menores de 5 años.
“Esta enfermedad se transmite a través de los insectos conocidos como “vinchucas” infectadas con el parásito Trypanosoma cruzi. La patología se transmite cuando la persona se rasca sobre la picadura e introduce las heces del insecto infectado en la herida; así también pueden introducirse a través de las mucosas de los ojos o la boca”, explica.
En Argentina, el área endémica para la enfermedad de Chagas, definida por la presencia de la vinchuca, comprende a 19 provincias (Catamarca, Chaco, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Misiones, Neuquén, Río Negro, Salta, San Juan, San Luis, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán).
Otras vías de contagio menos frecuentes son las transfusiones de sangre, el trasplante de órganos, la madre infectada que se lo transmite a su hijo durante la gestación, consumir bebidas o alimentos contaminados con materia fecal de vinchucas infectadas, o por el uso compartido de jeringas en usuarios de drogas intravenosas. Por otra parte, el Chagas no se transmite a través de la leche materna, ni por convivir, besar, abrazar o tener relaciones sexuales con personas con Chagas.
¿Cuáles son los síntomas y cómo prevenir el Chagas?
Aunque generalmente no presenta síntomas, en 3 de cada 10 personas puede provocar complicaciones en el corazón y en el sistema digestivo. Es una problemática compleja de salud que involucra múltiples dimensiones (biológica, ambiental, económica, política, educativa y sociocultural) y debe ser abordada conscientemente por las entidades de salud.
En días posteriores al ingreso del parásito en el organismo, aproximadamente el 8% de las personas infectadas, presentan manifestaciones clínicas generales como fiebre prolongada, diarrea, dolor de cabeza, cansancio, irritabilidad, vómitos, falta de apetito, malestar general. Sin embargo, en la mayoría de los casos, esta etapa inicial pasa desapercibida y sin síntomas.
Una de las complicaciones que presenta el mal de Chagas es que, un 70% de sus infectados no tienen sintomatología, y el 30% restante evoluciona a cuadros crónicos que producen daño en el corazón, tubo digestivo y/o sistema nervioso.
“El acceso al diagnóstico es fundamental para poder realizar el tratamiento correspondiente, ya sea con medicación específica para eliminar el T. cruzi o alguna otra intervención médica destinada a disminuir los daños ocasionados por el parásito”, resalta la Dra. El Haj.
Bebés, niñas, niños y adolescentes con Chagas, pueden curarse si reciben el tratamiento médico adecuado. A su vez, las personas con capacidad de gestar en edad fértil reducen notablemente el riesgo de transmitir el T. cruzi en sus futuros embarazos al recibir el tratamiento específico (aunque no se puede asegurar que ellas se van a curar). Asimismo, las personas adultas diagnosticadas con Chagas probablemente no se curen, pero si reciben el tratamiento y atención correspondientes podrán evitar o minimizar los problemas que pueda producir el T. cruzi.
En cuanto a medidas de prevención, es necesario considerar:
- Mantener lo más ordenada posible la casa y sus alrededores.
- Ventilar diariamente las camas y las cunas.
- Limpiar detrás de los muebles y objetos colgados de las paredes.
- Mover y revisar con frecuencia los objetos amontonados.
- Construir los corrales con alambre o palo a pique; si no es posible, cambiar la enramada al menos una vez al año.
- Tapar las grietas y los agujeros de las paredes y techos.
- Poner los gallineros y corrales lo más lejos posible de la vivienda, para que no entren a la casa las vinchucas que están instaladas en estos lugares.
- Procurar que los perros y gatos duerman en un lugar resguardado fuera de la vivienda.
- Impedir que las palomas hagan nidos cerca de las viviendas ya que los palomares constituyen sitios de cría para las vinchucas.
- Revisar y, si es posible, cambiar una vez al año los techos de las vivienda que sean de paja.
Estas acciones cotidianas de prevención se deben complementar con un control químico (uso de insecticidas) en las viviendas con presencia de vinchucas. Esta tarea solo se debe realizar con personal técnico capacitado.
No existe una vacuna contra la enfermedad de Chagas. El control de vectores ha sido el método más eficaz de prevención en la región. El cribado de la sangre (realización de pruebas diagnósticas) es necesario para prevenir la infección por transfusiones sanguíneas y el trasplante de órganos y para aumentar la detección y el cuidado de la población afectada en todo el mundo.
En Argentina existen legislaciones (Ley Nacional 26.281 y Ley 26.279) que protegen los derechos de las personas infectadas, teniendo en cuenta que la oportunidad de un diagnóstico y tratamiento temprano brinda oportunidades de curar al paciente infectado o mejorar su calidad de vida.