Donar sangre para tratar a niños: no esperemos a que un familiar lo necesite

La donación de hemocomponentes permite tratar a niños con enfermedades hematológicas, oncológicas o inmunodeficiencias, que requieren trasplantes o que han sufrido politraumatismos y deben ser operados. Estos pacientes dependen de este acto altruista y voluntario para acceder al adecuado tratamiento.

Donar sangre para tratar a niños: no esperemos a que un familiar lo necesite
Se busca fomentar el hábito de donar sangre al menos dos veces al año.

El Hospital Juan P. Garrahan y el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez reciben cada año alrededor de 19.000 y 3.400 donantes de hemocomponentes (glóbulos rojos, plaquetas y plasma) por año, respectivamente, lo que permite llevar adelante procedimientos vitales como el tratamiento de enfermedades hematológicas, oncológicas, inmunodeficiencias, trasplantes y otras cirugías para tratar diversas patologías.

Sin el acto altruista y voluntario de quienes deciden donar sangre y plasma, ya sea en los mismos hospitales como en las colectas externas que se realizan en escuelas, universidades, gremios y otros puntos, ninguno de estos tratamientos podría llevarse adelante.

Este año se cumplirán 10 años del programa de donación 100% voluntaria de sangre, implementado por el Hospital Garrahan. “El Garrahan no pidió más donantes a familiares de pacientes porque salimos a hacer campañas de donación, fuimos a las universidades, los municipios, las empresas, atendemos a los donantes y traemos la sangre para transfundir”, señala la doctora Silvina Kuperman, jefa del Centro Regional de Hemoterapia del Hospital Garrahan.

El éxito de este programa, según evalúa la especialista, radica en que se logró una alianza muy fuerte con la comunidad, a través de promotores comunitarios. Además, destaca que fue concebido con la mirada puesta en el paciente: Buscamos no poner el peso en la familia del paciente, que no solamente tiene que estar ocupada en otra cosa, sino que además no tiene las herramientas de convocatoria para conseguir donantes”.

De esta forma también se logró mejorar la calidad de las donaciones. “Antes venían muchos donantes de las familias presionados y esa presión hacía que el donante no fuera del todo sincero en la entrevista. Entonces, este programa permitió tener sangre más segura porque desde que tenemos donantes 100% voluntarios prácticamente no encontramos infecciones transmisibles por transfusión en la sangre que estudiamos”, explica Kuperman.

Asimismo, el sistema de donaciones implementada por el Garrahan permitió evitar en esa institución el déficit de hemocomponentes durante la pandemia de Covid-19. “Al comenzar el aislamiento social en marzo del año pasado tuvimos que suspender todas las colectas de sangre que teníamos programadas esa semana. Pero después los mismos promotores comunitarios salieron a buscar lugares donde hacer las colectas y se pudieron llevar adelante en municipios, museos, incluso abrieron las escuelas solo para hacer colectas de sangre”, recuerda.

“Cuando uno le acerca la posibilidad de donar a la comunidad, la comunidad es solidaria, responde y dona”, opina la experta del Garrahan, quien asegura que durante muchos años se instauró la noción de que sólo era necesario donar sangre cuando un familiar o conocido lo requería. “Cuando les preguntamos a las personas por qué no donan, contestan porque yo dono cuando me llaman, cuando un familiar lo necesita”, relata para luego añadir: “Para aquel que hace de la donación un hábito y va dos veces por año a donar, será mucho más fácil hacerlo si nosotros nos acercamos a los donantes con las colectas”.

En plena pandemia

El Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez también organiza colectas externas de sangre, suspendidas en el 2020 a raíz de la pandemia, las cuales no podrían haber sido llevadas a cabo en años anteriores sin el apoyo de la Red de Hemoterapia del GCBA. En los en los últimos tres años hubo una cantidad constante de donaciones, sostenida en especial incluso en 2020 con diversas estrategias, según detalla el doctor Oscar Canle, jefe de la Unidad de Hemoterapia de esa institución

“El año pasado, con la pandemia, se implementaron convocatorias por WhatsApp y mediante ese canal se otorgaron turnos para venir a donar, con un triage previo (un cuestionario al donante que permite determinar si está en condiciones de hacer la donación)”, recuerda Canle, quien destaca que, como corolario, no solo se logró mantener la misma cantidad de donantes, sino que además aumentó la cantidad de no relacionados (voluntarios). Esto, a su vez, permitió reducir la cantidad de donantes diferidos (aquellos que no pueden donar por presentar alguna contraindicación para hacerlo) y también se redujo el número de donantes reactivos (es decir, aquellos que presentan una serología positiva para las Infecciones Transmisibles por Transfusión (ITT), como por ejemplo hepatitis B y C, HIV o chagas, entre otras).

Por otra parte, Canle hace hincapié en que el Hospital Gutiérrez dispuso un circuito directo hacia el área de Hemoterapia, que evita el contacto con pacientes en los pasillos para garantizar a los donantes la seguridad en el marco de la pandemia de Covid-19.

“También aumentamos la carga horaria de donación, recibiendo a los donantes de 7 a 13, de lunes a sábados”, precisa. “De esta manera, no solo sostuvimos el stock, sino que mejoramos la calidad de los hemocomponentes, al aumentar la cantidad de donantes de sangre voluntarios”, enfatiza.

Canle subraya que los avances de la medicina y de las técnicas quirúrgicas han permitido la optimización del uso de los componentes sanguíneos. A modo de ejemplo, menciona: “Hace 30 años atrás, para realizar una cirugía de escoliosis a una joven de 16 años se utilizaban entre cuatro y seis unidades de glóbulos. Esa misma cirugía hace 20 ó 15, tal vez utilizaba dos o tres unidades de glóbulos. Hoy en día, a lo sumo se transfunden una o dos unidades”.

Por último, el jefe de la Unidad de Hemoterapia del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez insiste en que “es importante que la cantidad de donantes se mantenga estable, sin que los llamemos, para garantizar el stock y evitar los picos de donaciones pues los componentes sanguíneos tienen vencimiento. Esta es una de las metas que hay que alcanzar con educación e incorporar en el inconsciente de la población el acto de donar sangre”, finaliza.

* La Dra Silvina Kuperman es Jefa del Centro Regional de Hemoterapia del Hospital de Pediatría Garrahan. El Dr. Oscar Canle es Jefe de la Unidad de Hemoterapia del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.

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