Esclerosis múltiple: ¿qué se necesita para llegar a un diagnóstico oportuno?

Cada 18 de diciembre se conmemora el Día Nacional de la Esclerosis Múltiple. Al hablar de estudios, la resonancia magnética se complementa con los de la función neurológica, como los potenciales evocados. Los neurofisiólogos clínicos son los profesionales indicados para realizarlos.

Esclerosis múltiple: ¿qué se necesita para llegar a un diagnóstico oportuno?

En muchas patologías progresivas, un diagnóstico oportuno es clave para brindar un tratamiento adecuado con el fin de ralentizar sus efectos y prevenir secuelas. La esclerosis multiple (EM) es una de ellas.

Se trata de una enfermedad que afecta el cerebro y la médula espinal (sistema nervioso central), en la que el sistema inmunológico degrada la cubierta protectora de los nervios, una vaina llamada mielina, que rodea las neuronas. Cuando la mielina se daña, los impulsos nerviosos disminuyen o se detienen; en lugar de viajar rápido, lo hacen en cámara lenta.

A modo de comparación, la mielina es como “el aislante” que tienen los cables: cuando se va perdiendo, hay una fuga de electricidad, se pierde potencia y velocidad en la conducción.

Con la degradación de esta vaina los nervios terminan por dañarse y se interrumpe la comunicación entre el cerebro y el cuerpo, lo que ocasiona diferentes síntomas como pérdida de la visión, dolor, fatiga y disminución de la coordinación.

Algunas personas pueden no presentar manifestaciones gran parte de su vida, mientras otras pueden tener síntomas graves que no merman. La forma más frecuente de EM es la remitente recurrente, que tiene antecedentes de al menos dos ataques en períodos de remisión. Otras presentaciones son la EM secundaria progresiva, en donde la enfermedad puede empeorar lentamente entre un ataque y otro; y la EM primaria progresiva, en donde hay una progresión gradual pero sin ataques claros.

No se sabe exactamente que causa la EM. Lo que sí se conoce es que afecta más a las mujeres que a los hombres y que la mayoría de los casos se diagnostica entre los 20 y 40 años, aunque se pueden observar a cualquier edad.

La esclerosis múltiple es la enfermedad no traumática adquirida más discapacitante en el adulto joven y con prevalencia en el sexo femenino.
La esclerosis múltiple es la enfermedad no traumática adquirida más discapacitante en el adulto joven y con prevalencia en el sexo femenino.

Al igual que con otras enfermedades, la detección temprana es fundamental para iniciar un tratamiento que retrase el desarrollo de esta enfermedad, que de momento no tiene cura y que pueden ser discapacitante. Para arribar a un diagnóstico, el médico puede solicitar una punción lumbar para exámenes del líquido cefalorraquídeo; resonancias magnéticas del cerebro y/o de la columna para detectar EM o realizar un seguimiento y por último, estudios de la función neurológica para medir el daño. Entre ellos están:

  • Potenciales evocados visuales. Se utilizan para el diagnóstico de déficit visual debido al daño del nervio óptico. En caso de EM, se indica cuando los pacientes empiezan a tener visión borrosa porque el nervio óptico, que lleva la información visual no está transmitiendo con rapidez o lo hace de manera defectuosa.
  • Potenciales evocados somatosensoriales. Evalúan la transmisión nerviosa de los impulsos en las vías somatosensoriales de las extremidades (superior e inferior) y en el cerebro, y se pueden utilizar para diagnosticar las lesiones a nivel de las raíces nerviosas, la médula espinal y el cerebro. Se indican cuando los pacientes con EM se presentan problemas de sensibilidad, porque los cordones posteriores de la médula no están viajando a la velocidad que deberían.
  • Potenciales evocados auditivos. Se emplean para diagnosticar la deficiencia auditiva. Puede distinguir las lesiones a nivel del nervio acústico (que lleva la información desde el oído hasta el tronco encefálico) o déficit en la conducta de las vías auditivas pertenecientes a propio tronco cerebral. En pacientes con EM, se indican ante mareos y pérdida de equilibrio.

En conclusión, cuando vemos que los impulsos nerviosos se lentifican, inferimos que puede haber algún problema con la mielina. Es en esos casos cuando se debe complementar la imagen (la resonancia magnética en la que aparecen manchas con zonas desmielinizadas) con los potenciales evocados (que confirman si hay enlentecimiento en la velocidad de conducción a nivel del sistema nervioso central).

Estos exámenes siempre deben ser realizados por los neurofisiólogos clínicos, que son quienes sabrán realizarlo correctamente y que también darán una certera interpretación de los resultados. Si el sistema nervioso fuera un cableado, los neurofisiólogos clínicos seríamos una suerte de “electricistas del cuerpo”.

*El doctor Diego Vega Laiun es socio fundador de la Fundación Argentina de Neurofisiología Clínica y se especializó en Neurofisiología Clínica en Europa.

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