Si se comparan los números de muertes anuales, los fallecimientos por causa de tabaquismo superan ampliamente a los que va registrando el coronavirus, tanto a nivel global como a nivel local.
Diversas fuentes, como la OMS o el INDEC, indican que si bien la cantidad de víctimas disminuye con los años, solo en Argentina el tabaquismo mata más de 40 mil personas al año. Una sola referencia global, indica que por los productos derivados del tabaco mueren más de 8 millones de personas consumidoras del mismo.
En esta línea, otra gran preocupación de los profesionales son las consecuencias que padecen los fumadores pasivos. Continuamente plantean ¿Sabía usted que cuando se enciende un cigarrillo estamos a centímetros de una fuente de combustión, que llega a los 600 grados centígrados, liberando al medio ambiente más de 4.000 tóxicos?.
Lo más peligroso, es que el 15% de esos tóxicos son reconocidos carcinógenos, que producen lesiones neoplásicas en:
- Pulmones
- Ca cavidad oral,
- Esófago,
- Páncreas,
- Vejiga,
- Y riñones, entre otros.
Esta corriente secundaria que expulsa el cigarrillo afecta tanto al propio fumador, como a quienes lo acompañan. Incluso en espacios cerrados los efectos negativos sobre el organismo los sufren al mismo nivel, tanto el fumador activo como el fumador pasivo.
El cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo (sus causas son múltiples y muchas veces aún desconocidas). En este sentido, se plantea la necesidad de desarrollo de políticas públicas más profundas y eficaces en el cese del consumo de tabaco, para que tengamos un mundo libre del humo y que se logre un ambiente más sano y sustentable.
Fuente: Fundación Tiempo de Vivir
