Noviembre, mes de prevención del cáncer de próstata

El día mundial de lucha contra esta enfermedad es el 17, pero durante todo el mes se realiza la concientización. Las recomendaciones para el control preventivo son a partir de los 50 años y en pacientes con antecedentes familiares, como padre o hermanos, a partir de los 40 años.

Noviembre, mes de prevención del cáncer de próstata

La próstata es una glándula del aparato reproductor masculino que está ubicada por debajo y a la salida de la vejiga urinaria. Contiene células que producen parte del líquido seminal que protege y nutre a los espermatozoides. La hiperplasia prostática benigna (HPB) es un agrandamiento del tamaño de la glándula que comienza alrededor de los 50 años que, si bien no se relaciona con el cáncer de próstata, en algunos casos puede coexistir.

Altera la calidad de vida de la persona

Los síntomas de la HPB generalmente son levantarse a la noche a orinar, disminución del calibre del chorro miccional, dificultad para iniciar la micción, aumento de la frecuencia miccional, sensación apremiante de ir al baño ante el deseo miccional y sensación de vejiga ocupada luego de orinar. La HPB altera la calidad de vida del individuo, pero además, con el tiempo, puede generar un deterioro del músculo de la vejiga, alterar la función de los riñones y llevar a la insuficiencia renal.

Opciones de estudios y tratamientos

Los estudios para hacer el diagnóstico de HPB son la ecografía para evaluar tamaño y repercusión sobre el músculo de la vejiga, midiendo el grado de retención de orina, flujometría y/o estudio urodinámico, tacto rectal y antígeno prostático específico (PSA) para descarta un cáncer asociado a la HPB.

Alternativas quirúrgicas y no quirúrgicas

Los tratamientos disponibles se dividen en dos grandes grupos: médicos y quirúrgicos. Dentro de los tratamientos médicos, hay recomendaciones en la dieta que pueden ayudar y diversos grupos de fármacos que mejoran los síntomas.

Por otro lado, en cuanto a los tratamientos quirúrgicos existen opciones de cirugía mínimamente invasiva sin incisiones y rápida recuperación, y cirugías convencionales. Es importante resaltar que los tratamientos con medicamentos tienen sus limitaciones y es necesario un control estricto de la evolución de la enfermedad, para evitar que se llegue tarde a un tratamiento quirúrgico por tener solapados los síntomas por los medicamentos.

El cáncer de próstata (CAP) es un tumor frecuente en el hombre y actualmente, gracias al diagnóstico temprano, se permitió una detección del tumor en estadios iniciales en los que la gran mayoría de ellos son curables.

A medida de cada paciente

La detección temprana se realiza mediante un control urológico a medida de cada paciente, teniendo en cuenta su edad y la presencia o no de factores predisponentes. El examen digital rectal y el antígeno prostático específico (PSA) son los pilares del diagnóstico temprano. En el PSA no hay un valor solo de referencia, sino que el resultado del mismo hay que adecuarlo a cada paciente ya que influyen la edad, tamaño de la próstata, patología prostática asociada y tratamiento con medicamentos que modifiquen los valores del PSA.

Existen opciones terapéuticas para todos los casos del CAP. No obstante, no todos los casos requieren un tratamiento activo y muchos pacientes con diagnóstico de CAP serán solamente observados. El cáncer de próstata es una enfermedad polifacética que requiere de un enfoque específico para cada individuo. 

La salud también es cosa de hombres

El cáncer de próstata es el tumor más frecuente en los hombres y en el 50% de los casos, la enfermedad se detecta cuando está avanzada, elevando los riesgos de mortalidad.

La Sociedad Americana de Urología y la Sociedad Argentina de Urología recomiendan que todo hombre se controle a partir de los 50 años. Aquellos que tienen antecedentes familiares de cáncer de próstata, especialmente padre o hermanos, deben iniciar sus controles a partir de los 40 años.

Es muy importante señalar que muchas veces la presencia de células malignas resulta asintomática para el hombre. En otros casos, manifiesta los mismos síntomas de la patología prostática benigna. La recomendación es prestar atención a los siguientes síntomas:

• Sangre en la orina.

• No poder orinar.

• Necesitar orinar con frecuencia, especialmente durante la noche.

• Flujo de la orina débil o interrumpido.

• Dolor o ardor al orinar.

• Dolor constante en la parte baja de la espalda, la pelvis o la parte superior de los muslos.

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