Reconocidos especialistas en dermatología, reumatología y endocrinología disertaron sobre los diferentes aspectos de la enfermedad psoriática, tales como: el dolor, sus comorbilidades, su relación con el sobrepeso y la obesidad, la posibilidad de tener artritis psoriásica y la importancia de su detección precoz, la construcción de la relación médico-paciente, y las posibilidades terapéuticas disponibles en Argentina.
La psoriasis es una enfermedad que afecta a entre el 2 y el 3% de la población, y que genera un impacto importante en la calidad de vida del paciente. Para abordar los distintos aspectos vinculados con la patología y tras un relevamiento sobre las necesidades que atraviesan los pacientes de todo el país, se realizó Psoriatika 2020, el Primer Congreso Argentino para pacientes con enfermedad psoriática.
El encuentro, que se desarrolló de manera virtual el 28 y 29 de agosto, fue organizado por la Asociación Civil para el Enfermo de Psoriasis (AEPSO) -entidad que está celebrando sus 15 años- con el apoyo de la Sociedad Argentina de Psoriasis (SOARPSO), la Sociedad Argentina de Reumatología (SAR) y la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD). El viernes 28 se realizó un módulo nacional y la jornada del sábado 29 se dividió en cinco módulos regionales para abordar la situación actual de los pacientes de cada provincia.
Silvia Fernández Barrio, presidenta de AEPSO y moderadora del congreso, destacó que el objetivo es la educación de los pacientes, y a ellos se dirigió: “Hoy pueden estar muy bien. No les digo que no van a tener nada de psoriasis, pero no dejen que la enfermedad los maneje: sean ustedes los dueños de sus vidas”.
Como explicó también en el primer módulo a nivel nacional el dermatólogo Alberto Lavieri, coordinador del Grupo de Trabajo de Psoriasis de la SAD, “la piel es sólo la punta de un iceberg, lo que podemos ver en la superficie. Hay muchas cosas a las que debemos estar atentos. Compromete a otros órganos porque es una enfermedad sistémica.” Su principal comorbilidad es la artritis psoriática, que puede afectar al 30% de los pacientes con psoriasis: ellos deben lidiar no solo con la estigmatización, la picazón y el dolor en la piel, sino también con dolores y problemas articulares. “En general, la artritis psoriática es posterior o simultánea a la psoriasis, pero en dos de cada 10 pacientes el compromiso musculoesquelético puede ser anterior a la aparición de las lesiones en la piel”, advirtió el reumatólogo Enrique Soriano, ex presidente de la SAR.
Además de la artritis psoriátrica, otras comorbilidades están asociadas a esta patología: enfermedad inflamatoria intestinal, trastornos cognitivos y depresión (por un mecanismo inflamatorio a nivel del sistema nervioso central), hígado graso, síndrome metabólico y disfunción endotelial (la misma placa de la psoriasis se produce en el nivel de la capa interna de los vasos sanguíneos) y coronariopatías.
La doctora Virginia Busnelli, especialista en endocrinología y nutrición, habló sobre la relación entre psoriasis y obesidad, “un vínculo fuerte y bidireccional. Si tengo obesidad predispone a la psoriasis y al revés. La obesidad tiene más incidencia en la aparición, mayor gravedad en el comportamiento y afecta la respuesta al tratamiento. Al igual que la psoriasis, la obesidad también es una enfermedad estigmatizada, crónica, multicausal e inflamatoria. Su abordaje debe ser integral e interdisciplinario, no solo con pautas alimentarias a cumplir a largo plazo sino con ejercicio físico y psicoterapia para tratar las emociones, y también la opción de acompañar con un tratamiento médico o quirúrgico”, sintetizó Busnelli y remarcó la importancia de no confiar en soluciones mágicas sino consultar con un especialista.
“En los últimos 15 o 20 años, si en algo se ha avanzado es en la psoriasis. Comprendemos más la enfermedad y las terapéuticas, y dermatólogos, reumatólogos endocrinólogos, nutricionistas y psicólogos tenemos las herramientas para acompañar en este camino”, evaluó Ariel Sehtman, presidente de la SAD.
Si bien no existe una cura para la psoriasis, hoy el control de la enfermedad es posible, ya que se dispone de una amplia variedad de tratamientos y terapias, tanto tópicos como fototerapia y medicamentos sistémicos, que a menudo se combinan entre sí para controlar los síntomas, alcanzar la remisión y mejorar notablemente la calidad de vida. Nuestro país dispone de una amplia variedad de tratamientos y terapias: desde las cremas, el metotrexato, la fototerapia, los viejos biológicos, hasta llegar a los nuevos biológicos. “Las opciones terapéuticas anti interleuquina 23 cuentan con una eficacia aprobada muy alta y logran aclaramiento completo y duradero de la piel, con una dosificación de pocas aplicaciones al año.”, señaló el Dr. Lavieri.
Por su parte, desde Universidad de Baylor, Texas, el dermatólogo Darío Kivelevitch también destacó la innovación de estos fármacos, que logran remisiones prolongadas y anticipó que están en estudio más terapias dirigidas y se está empezando a hablar de biomarcadores que permitan definir de antemano quién puede responder a un tratamiento. “Siempre les digo a mis pacientes que están tristes porque tienen psoriasis que si les dieran un tiempo para tener esta enfermedad, elijan este. El presente es brillante y el futuro lo es más aún”, remarcó.
Módulo regional: Cuyo
Durante la segunda jornada tuvieron lugar los módulos regionales moderados por Silvia Fernández Barrio, presidenta de AEPSO. En cada uno de ellos se hizo hincapié en las situaciones particulares de cada provincia respecto de la disponibilidad de especialistas y servicios médicos, problemáticas relacionadas al acceso a los tratamientos y, además, los profesionales respondieron a las inquietudes de los participantes.
Representando a la provincia de Mendoza, la reumatóloga Ingrid Petkovic y el dermatólogo Mario Bittar, señalaron la importancia de “conocer al paciente en todo su concepto, tanto el aspecto físico como psíquico y entablar una buena comunicación para realizar la toma de decisiones de manera compartida, entre médico y paciente”. Es importante que el paciente pueda tener acceso a un buen profesional y también es adecuado que exista una interacción entre profesionales de distintas áreas para arribar a un diagnóstico preciso y abordar la enfermedad de manera global.
“A veces no funcionan los tratamientos iniciales por lo que si tenemos buena comunicación se pueden ir cambiando para generar una mejor opción. Es fundamental aclararle al paciente que es una enfermedad que no se cura y que requiere de un tratamiento que va a ir cambiando en el tiempo. Afortunadamente contamos con disponibilidad de todos los tratamientos, incluso los sistémicos de última generación y los auditores de los sistemas de salud se comunican con nosotros y respetan nuestra indicación”, agregó Bittar.
La dermatóloga Carolina Marchesi, de San Juan, señaló los diferentes tipos de tratamientos disponibles en la provincia: desde los tópicos sistémicos tradicionales a la fototerapia y biológicos. Sin embargo, su colega Laura Galván, médica reumatóloga, señaló que en su área sí registran problemas de acceso: “El tiempo de latencia es muy grande. El Ministerio de Desarrollo Humano le da los medicamentos al paciente, pero a veces, por ejemplo, debemos realizar cambios entre biológicos y la espera puede llegar a ser de 4 meses”.
En el caso de San Luis, según la reumatóloga Alicia Munarriz y la dermatóloga Sandra Ponce se presentan algunas situaciones especiales. Por un lado, “hay una persona muy conocida de Merlo que entusiasma a los pacientes diciéndole que con alguna crema se curará mágicamente. Por eso, creemos fundamental que como profesionales hablemos con nuestros pacientes y les demos todas las herramientas para que no se dejen engañar con información y soluciones falsas”. Por otro lado, en cuanto al acceso de tratamientos, la Dra. Munarriz aclaró: “dentro de la Obra Social hay un grupo de personas que pertenecen al Plan Inclusión Social y se les otorga la posibilidad de acceder a la consulta privada con un reumatólogo, pero no tienen acceso a la medicación, y para acceder a la medicación lo debe hacer a través de Salud Pública. Aquí comienzan las trabas para obtener cualquier medicación”.
Al concluir el módulo, tanto Silvia Fernández Barrio como los especialistas disertantes enfatizaron la importancia de tener paciencia con el tratamiento indicado por el médico y aconsejaron a los pacientes que no bajen los brazos dado que la respuesta terapéutica a veces tarda en llegar, pero es posible alcanzar la remisión y, por consiguiente, mejorar notablemente la calidad de vida.
El efecto del coronavirus
Otro llamado de atención de los disertantes de Psoriatika tuvo que ver con la importancia de no descuidar las patologías crónicas en el marco de la pandemia, tanto en los controles como en su detección. “Todo parece ser coronavirus y está muy bien, pero no hay que perder de vista que hay una cantidad de enfermedades que son tan importantes y que hay que consultar en el momento en que algo nos afecta. Existen corredores seguros que nos permiten ir a los consultorios o pedir turno en los hospitales”, alentó Lavieri.
Por su parte, la Dra. Geraldina Rodríguez, médica dermatóloga, señaló que “muchos pacientes que venían con tratamiento continuo han dejado de recibir la medicación por diferentes motivos, entonces sufren rebrotes y nos vemos en la necesidad de volver a tratamientos convencionales mientras tanto”.
Cristina Echeverría, presidente de SOARPSO, explicó que puntualmente los pacientes con psoriasis “no deben suspender sus tratamientos, sino continuarlos tomando medidas precautorias para evitar el contagio, como lo tomamos todos” y aunque precisó que cada paciente debe siempre consultar con su profesional tratante, remarcó que “no hay indicación de suspender drogas biológicas o tratamientos sistémicos en pacientes no contagiados” de Covid-19.
Fernández Barrio retomó parte de los mensajes de “Consecuencias”, la campaña de asociaciones de pacientes para visibilizar el impacto de la pandemia en las enfermedades crónicas no transmisibles. “Creímos que esto iba a ser un encierro de un mes, pero llevamos cinco meses y la salud no puede esperar cinco meses. Sepan que los médicos están atendiendo”, enfatizó.