La Organización Mundial de la Salud (OMS) denomina a la preeclampsia como un trastorno hipertensivo que puede ocurrir durante el embarazo y el posparto, y que tiene repercusiones tanto en la madre como en el feto. A nivel mundial, tanto la preeclampsia como otros trastornos hipertensivos del embarazo son unas de las principales causas de enfermedad, muerte materna y neonatal, y afectan alrededor de un 10% de los embarazos. En la región, más del 20% de las muertes maternas son provocados por problemas hipertensivos.
Generalmente, la preeclampsia ocurre después de 20 semanas de gestación y hasta seis semanas después del parto, aunque en casos raros puede ocurrir antes de las 20 semanas.
La Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC explica los factores de riesgo de la preeclampsia:
- Presencia de anticuerpos antifosfolipídicos.
- Preeclampsia en el embarazo anterior.
- Enfermedad renal.
- Diabetes.
- Embarazo múltiple.
- Historia familiar de preeclampsia en madre o hermanas.
- Edad materna mayor a 40 años.
- Nuliparidad.
- Obesidad.
“La preeclampsia se diagnostica en la embarazada por presentar presión arterial elevada (mayor o igual de 140/90 mmHg) y presencia de proteínas en orina”, desarrolla la profesional.
¿Cuáles son las complicaciones que pueden ocurrir en el embarazo?
- Restricción del crecimiento fetal: en la preeclampsia, están afectadas las arterias que suministran sangre a la placenta, así el feto puede recibir menos sangre, oxígeno y nutrientes de los que necesita.
- Parto prematuro: es el nacimiento antes de la semana 37. Los bebés prematuros pueden tener dificultades para respirar, alimentarse, problemas auditivos o de visión, retraso del desarrollo o parálisis cerebral.
- Desprendimiento de la placenta: cuando se desprende la placenta, se puede generar un sangrado intenso que puede poner en riesgo la vida de la madre y del bebe.
- Síndrome HELLP: hay alteración del hígado, destrucción de glóbulos rojos y disminuyen las plaquetas maternas.
- Eclampsia: es la aparición de convulsiones o coma en una paciente con preeclampsia.
- Daño de otros órganos: se pueden dañar los riñones, hígado, pulmones, corazón y ojos.
- Enfermedad cardiovascular.
Una embarazada de tercer trimestre con cefalea, edema intenso, dolor en la parte más alta de la panza, visión borrosa o alteración del sensorio, debe consultar a una guardia de obstetricia a la brevedad, ya que debe descartar patología hipertensiva.
En el consultorio de obstetricia, desde la primera consulta, se evalúa el riesgo de una paciente embarazada de sufrir preeclampsia de acuerdo a los antecedentes. Estratificar el riesgo de manera precisa permite llevar a cabo las intervenciones necesarias para lograr una predicción, detección y tratamiento oportunos.
Dentro de las intervenciones tempranas, en pacientes con riesgo, se pueden solicitar ecografía con doppler de las arterias uterinas o solicitar en sangre marcadores específicos. En caso que el riesgo sea elevado se podrá evaluar en el consultorio la incorporación de aspirina y/o suplemento de calcio.
“Es muy importante que toda embarazada concurra al control prenatal para poder detectar y tratar esta y otras patologías propias del embarazo que pueden ocurrir también en una mujer saludable”, finaliza la Dra. Valeria El Haj.