Se estima que 1 de cada 10 argentinos tienen Dermatitis Atópica (DA), una condición crónica y recurrente que provoca enrojecimiento, picazón e inflamación de la piel.[5] Si bien suele estar más presente en los niños, afectando hasta a un 30% de ellos[6], pueden también padecerla hombres y mujeres de cualquier edad. Los especialistas alertan sobre la necesidad de generar mayor difusión y conocimiento respecto de esta enfermedad que, en muchos casos, es subdiagnosticada y considerada como una condición cosmética o superficial, lo que puede causar una minimización del riesgo y de los síntomas[7].
La DA se manifiesta con 3 síntomas principales: xerosis (piel seca), eccemas (manchas rojas, descamadas) y prurito (picazón), que aparecen en distinto grado, dependiendo de la severidad del caso y del momento.
Según la Dra. Paula Luna, médica especialista en Dermatología y Dermatología Infantil del Hospital Alemán (M.N.110753), “La Dermatitis Atópica es una enfermedad que genera la alteración de dos aspectos: el primero, es el desequilibrio en la barrera cutánea, dejando a la piel más vulnerable, y el segundo aspecto es el inmunológico, donde la piel reacciona exageradamente produciendo inflamación. Al tratarse de una enfermedad multifactorial, es difícil identificar sus causas, ya que intervienen diversos aspectos: genéticos, inmunológicos, alérgicos, metabólicos, infecciosos y/o psicológicos, así como también relacionados con el medio ambiente”.[8]
Se calcula que la DA es la condición crónica más común en la infancia, pudiendo afectar entre un 10% y un 30% de los niños. Asimismo, el 45% de los casos comienzan en los primeros 6 meses de vida y el 85% lo hace antes de los 5 años[9]. Sin embargo, es una afección que también puede aparecer en otras etapas de la vida. En Argentina, se estima que casi el 10% de las personas la sufre.[10]
La AAAeIC (Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica) considera que una de las mayores barreras de la DA es el sub-diagnóstico y el sub-tratamiento de la enfermedad.[11] “Es sumamente importante poder detectar la condición y tratarla de la manera correcta. Muchas veces, resulta necesario contar con un equipo multidisciplinario que pueda aportar una mirada integral de lo que les sucede a los pacientes, como puede ser un dermatólogo y un alergólogo, y hasta a veces un psicólogo”, dice Silvia Fernández Barrio, Fundadora y Presidente de AEPSO Asociación Civil para el Enfermo de Psoriasis, una organización que también brinda apoyo a pacientes con DA.
“Muchos pacientes no logran el diagnóstico adecuado por confundir la Dermatitis Atópica con otro tipo de enfermedades y recurren a la automedicación para aliviar los síntomas. Aunque se trata de una patología crónica que no tiene cura, existen tratamientos efectivos y recomendaciones específicas para cesar y evitar los brotes. Por lo tanto, es fundamental informar a la población general sobre su existencia y la importancia del diagnóstico adecuado”, explicó la Dra. Luna.
Las emociones también son un factor importante en muchas enfermedades cutáneas. Los factores psicológicos afectan casi a un tercio de los pacientes con enfermedades dermatológicas y tienen un efecto directo en su abordaje. La DA es una de las más importantes en cuanto a la influencia psico-emocional, ya que balancea aspectos ambientales, genéticos y psico-sociales. Según una encuesta realizada en Argentina, el 86% de los pacientes con DA tienen su calidad de vida afectada por la enfermedad.[12]
“Como sucede con muchas enfermedades de la piel, la Dermatitis Atópica puede impactar en la vida cotidiana de quienes la padecen. Es una afección que requiere atención diaria para mantener controlada la picazón y las lesiones de la piel, lo que puede generar estrés y frustración, especialmente cuando se trata de cuadros moderados a severos, que generan dificultades para dormir o realizar las actividades cotidianas, como ir al trabajo o a la escuela”, agregó la Dra Paula Luna. “Si bien la condición no está causada por el estrés, este es uno de los factores más relevantes porque puede desencadenarla, agravarla y, en algunos casos, marcar su curso” concluyó.
“Gracias al avance de la tecnología y la ciencia, estamos en un momento donde podemos cuidar a nuestros pacientes con mejores opciones de tratamiento y brindarles comodidad y calma ante las situaciones tan desafiantes que les toca atravesar. Si a este panorama le sumamos una mayor visibilidad del tema y empezamos a crear conciencia sobre la Dermatitis Atópica en toda la sociedad, tenemos la gran esperanza de ver mejoras significativas en su calidad de vida”, concluye Fernández Barrio.
La realidad de la piel
Con el objetivo de dar a conocer las características y el impacto de la DA, así como ayudar a buscar herramientas para abordarla o acompañar a quien lo necesite, se lanzó la campaña “La realidad de la piel”. La misma consta de un micrositio con recursos informativos que buscan visibilizar la realidad de niños, adolescentes y adultos que conviven con esta enfermedad: https://www.cuidarnosjuntos.com.ar/dermatitis-atopica.
“Si bien esta afección puede ser un desafío importante en la vida de las personas que la padecen y su entorno, con el tratamiento adecuado y sostenido, siempre bajo la recomendación del médico, un paciente con dermatitis atópica puede recuperar su estilo de vida, sus costumbres y actividades, como el trabajo o el deporte y hasta volver a disfrutar momentos con amigos y familia”, finaliza la Dra Paula Luna.
Asesoró: Laboratorio Pfizer